El país acaba de presenciar un nuevo fracaso en las negociaciones para determinar el salario mínimo legal que regirá en el 2017, y por segundo año consecutivo, el Gobierno lo fijó por decreto.
De hecho, desde cuando la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales fue creada en 1996, solo en siete de 21 ocasiones se ha conseguido un acuerdo entre las partes. (Lea también: Sin acuerdo, salario mínimo se fijó por decreto)
Ante ese panorama, EL TIEMPO consultó a los diferentes actores involucrados en esos diálogos tripartitos, con el fin de conocer si para ellos existen alternativas que lleven a que en el futuro, la mesa de concertación pueda ser más efectiva y logre su propósito.
Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederación General de Trabajadores (CGT), sugirió, en primer lugar, cambiar la época en que se realiza la negociación de la política salarial, porque considera que diciembre es el peor mes del año para este propósito.
“En ese mes ya está aprobado el presupuesto, ya tienen toda clase de pretextos para no resolver los problemas de la gente, por lo que considero que julio sería un mes en el cual valdría la pena adelantar esas conversaciones y que sea colateral, no con proyectos de reforma tributaria, sino con los de presupuesto”, señaló Gómez.
En cuanto al indicador de inflación, cree que lo que se puede tener en cuenta es el acumulado hasta el séptimo mes del año y con base en el comportamiento histórico. Agregó que incluso se puede dejar una previsión, un párrafo transitorio que diga que en caso de que el costo de vida vaya más allá de lo proyectado, se ajuste la cifra en la medida que corresponda.
Pero la ministra del Trabajo, Clara López, no ve que el problema de estas negociaciones tenga que ver con la época del año en la cual se llevan a cabo, sino con que el salario mínimo legal de hecho es realmente la única gran negociación colectiva y tripartita que hay en Colombia.
Algo similar opina Guillermo Botero, presidente de Fenalco, para quien el mes de diciembre sí es el indicado, y dice que prueba de ello es que sí se ha llegado a concertaciones en ocasiones anteriores.
“Y de otro lado, ahora en la primera reunión de la Comisión Permanente de Concertación sería importante que nosotros analicemos el modelo económico en el que está sustentado el país; seguro que hay que apuntar a variaciones fundamentales”, sostuvo Julio Roberto Gómez.
Según la ministra del Trabajo, el país ya está maduro para pasar a la negociación colectiva por ramas de actividad, y no quedarse en una sola negociación grande y seria de carácter tripartito para fijar el salario mínimo legal, que hoy cubre a menos del 10 por ciento de la fuerza laboral.
“Se estaría pasando a las grandes ligas del tripartismo, con sindicatos de industrias fuertes, gremios fuertes y un Gobierno participante en un diálogo social más amplio que generaría espacios de negociación según la rama de actividad, de acuerdo con la productividad sectorial y las necesidades de cada sector económico, con lo que además se cubriría a un mayor número de trabajadores”, explicó López.
A inicios del próximo año, la jefa de la cartera laboral piensa llevar su propuesta a la mesa de concertación.
‘Que se cumpla la ley’Por su parte, Guillermo Botero afirmó que antes de pensar en los cambios que se podrían implementar para futuras negociaciones, lo que tiene que suceder es que asistan a esas conversaciones los que deben asistir, los que forman parte de la Comisión, y darle a eso la mayor importancia posible, porque al no ser así, las cosas no salen bien.
“Ahí hay varios ministros que son miembros y nunca van; entonces, que vayan y las cosas serían mucho más fáciles, que cumplan con su función o que modifiquen la ley y que digan que solo debe ir el ministro del Trabajo. Aquí lo que hay que hacer es cumplir la ley”, recalcó el presidente de Fenalco.
A eso hace referencia el dirigente gremial porque, señaló, eso era lo único que tenía empantanadas las conversaciones, porque el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, no había ido a las reuniones.
Botero añade que hay buena voluntad de los trabajadores y de los empresarios, pero los primeros querían conocer –y con toda la razón– cuál sería el impacto que tendría la reforma tributaria sobre el salario mínimo, y considera que era una respuesta a la cual tienen derecho.
“Que el Ministro diga su apreciación: ‘No, eso no impacta en nada’, y dé las explicaciones del caso: ‘No se preocupen por eso, sube el IVA el 19 por ciento pero eso no encarece las cosas, aquí todo va a bajar’. Y ellos verán si aceptan esa respuesta o no”, anotó el presidente de Fenalco. (Además: Reforma tributaria es ahora la Ley 1819 de diciembre del 2016)
A futuro reconoce que hay muchas otras cosas que se podrían estudiar para mejorar esas negociaciones, pero prefiere que los esfuerzos en este momento se dediquen a arreglar primero las que tienen empantanado el proceso actual.
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