La alta demanda de crédito de consumo de finales del año pasado y comienzos del 2018, uno de los más costosos del mercado; el bajo apetito por los préstamos de libranzas y de los comerciales ordinarios, considerados de los más económicos, y el aumento de tasas que la mayoría de entidades aplicaron a algunas de sus líneas de crédito en ese mismo periodo se cuentan entre las razones que presionaron al alza la tasa de usura que rige para febrero.
Y es que el máximo interés que podrán cobrar durante febrero las entidades de crédito, los establecimientos comerciales y cualquier persona en Colombia por prestar dinero o por la venta de bienes o servicios a plazo será de 31,52 por ciento efectivo anual, 0,48 por ciento más del tope de enero (31,04 por ciento), según lo certificó la Superintendencia Financiera.
El alza sorprendió a buena parte del mercado que esperaba una reducción en ese tope, en línea con el recorte de la tasa de intervención del Banco de la República, actualmente en 4,5 %.
Para algunos analistas, lo que se está viendo en la tasa de usura es más un efecto estacional producto del alto uso del crédito de consumo que hacen los hogares colombianos por esta época del año, en la que aún muchas personas están en vacaciones o llegaron de estas y “echan mano de sus tarjetas de crédito, los avances en efectivo, de los cupos de los créditos rotativos y los sobregiros, para atender sus necesidades de liquidez luego de los gastos de fin de año”.
Señalan que esos son los créditos más costosos del mercado, en especial los avances en efectivo, lo cual tiene un efecto sobre los desembolsos, pues hace que las entidades aumenten la proporción de esos préstamos con tasas más elevadas, información que la Superfinanciera tiene en cuenta para certificar tanto el interés bancario corriente como la tasa de usura.
Pero en el rebote de febrero de esa tasa también influyó el hecho de que algunas entidades elevaron el costo del crédito de consumo y de tarjetas entre diciembre del 2017 y enero del presente año.
Por ejemplo, Bancolombia, Banco Coopcentral, la financiera Opportunity y el Banco Compartir aumentaron entre 1,91 y 1,03 por ciento el costo de sus créditos de consumo en ese periodo. A su vez, los que más ajustaron hacia arriba las tasas para tarjetas de crédito fueron Falabella (2,51 por ciento), Banco Itaú (1,1 por ciento) y el Banco de Bogotá (0,51 por ciento), según lo reportaron estas entidades a la propia Superfinanciera.
César Serrato, gerente de la división de Marketing y Producto de Banco Falabella, explicó que durante los dos últimos meses del 2017 activaron una campaña que ofrecía como beneficio una tasa preferencial a un segmento de clientes y que, como resultado de esto, “la tasa promedio para las operaciones con la tarjeta disminuyó, pero luego regresó a su nivel tras el cierre de la campaña.
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