Aun en medio de elogios y con la expectativa de que el 2017 será mejor que el año anterior, el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo su pronóstico de crecimiento de la economía colombiana en este año, con relación al entregado en enero.
Así, aunque el 2017 será levemente mejor que el 2016, cuando la economía solo creció 2 por ciento, ahora el FMI pasa de una expectativa de expansión de la producción de este año, de 2,6 estimada hace tres meses, a 2,3 por ciento, según el informe presentado ayer por Jorge Roldós, subdirector del departamento del hemisferio occidental del organismo multilateral.
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“La misión prevé un leve repunte del crecimiento del PIB real a 2,3 por ciento en 2017, a medida que se reactiva la inversión, incluida la que se realiza en proyectos 4G”, dice el informe.
En el documento se destaca el acuerdo de paz y la reforma tributaria, como “hitos que, junto con el programa de infraestructura, apuntalarán el crecimiento inclusivo a mediano plazo”.
No obstante aplaudir las respuestas de la política económica para enfrentar los choques de los últimos años, y destacar el manejo de la política monetaria para controlar la inflación, el FMI advierte que “los datos recientes apuntan a que el crecimiento del PIB podría seguir siendo limitado en la primer parte de 2017, pese a que ya hay indicios de una cierta recuperación de las exportaciones no tradicionales”.
La misión prevé un leve repunte del crecimiento del PIB real a 2,3 por ciento en 2017
Si bien en el corto plazo las perspectivas que avizora el FMI para Colombia son favorables, la situación no es como para bajar la guardia. “Episodios de volatilidad financiera y nuevas caídas del precio del petróleo que podrían reducir los ingresos fiscales y provocar la depreciación de la moneda e inflación, en tanto que la incertidumbre política, tanto global como local, podría dañar la confianza y retrasar la inversión”. Para el organismo internacional también es clave estar alerta con el “desempeño más flojo de lo previsto de las exportaciones no tradicionales”. En cambio, “una rápida implementación del acuerdo de paz podría impulsar las ventajas de crecimiento que trae consigo la paz”.
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