En la junta directiva del Banco de la República hay percepciones tan diferentes sobre la realidad actual de la economía del país que el viernes los codirectores tuvieron tres posiciones distintas, por las que votaron.
Durante la reunión, se decidió bajar la tasa de referencia de 7,25 a 7 por ciento, postura por la que votaron cuatro miembros de la junta, pero también se votó por dejar la tasa quieta y por bajarlas 0,5 puntos, propuestas que obtuvieron un voto cada una.
La junta, en una votación que no es muy usual, tomó en consideración la disminución por séptimo mes consecutivo de la inflación, que se situó en 5,18 por ciento en febrero y fue menor que la esperada por el equipo técnico del banco central y por el promedio del mercado.
Fenómenos temporales
Igualmente, el equipo directivo del banco central tomó en consideración que los efectos del fenómeno del Niño y el paro camionero, entre otros choques transitorios que se presentaron durante el año pasado y desviaron la inflación de la meta, ya se han ido diluyendo.
El máximo órgano de la política monetaria también consideró que en el país los indicadores recientes de actividad económica, como las ventas al por menor, la producción industrial y la confianza del consumidor, sugieren un debilitamiento de la economía en el primer trimestre del año.
En favor de la reducción del tipo de interés de referencia también jugó la mayor incertidumbre internacional, la debilidad de la actividad económica y el riesgo de una desaceleración excesiva.
“Los indicadores recientes apuntan a un mayor riesgo de aumentos en los excesos de capacidad de la economía, aunque la incertidumbre sobre el tamaño de estos es pronunciada”, señaló el organismo a través de un comunicado en el que se explica esta decisión.
Finalmente, el Banco de la República tomó en cuenta la incertidumbre que persiste sobre la velocidad de la convergencia de la inflación a la meta del 3 por ciento, por lo que consideró que una reducción de 0,25 puntos era acorde con el balance de riesgos y consistente con el objetivo de llegar a esa cifra de inflación en 2018.
Por el contrario, una reducción adicional de los intereses respondería al balance de riesgos entre una convergencia de la inflación hacia su objetivo y una desaceleración excesiva de la economía.
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