De los productos y servicios de la canasta familiar con la que el Dane mide la inflación, compuesta por 188 rubros, fueron los alimentos y bebidas no alcohólicas, que pesan 15 por ciento en el índice de precios al consumidor (IPC), y los gastos de alojamiento y vivienda como arriendo, cuotas de hipotecas y servicios públicos, cuya ponderación es del 33,1 por ciento, los responsables del 70 por ciento de la variación del costo de vida en el 2022.
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En efecto, estas dos divisiones pusieron 3,95 puntos porcentuales de la variación de 5,62 por ciento que registró la inflación en el 2021, en tanto que la primera fue la responsable de casi la mitad (el 48,5 por ciento) del aumento de la inflación en el año que terminó.
Detrás de la disparada de los precios y del encarecimiento de la producción de comida estuvieron factores como los altos costos de los insumos (semillas, fertilizantes y otras materias primas para la agroindustria), así como la crisis logística mundial, que aún persiste y se mantendría en el primer semestre, según expertos.
Y es que incluso solamente cinco alimentos fueron los responsables del 26 por ciento de la inflación total.
La papa, que registró un incremento del 111 por ciento anual, fue el que más subió, seguida por los aceites comestibles, con un repunte del 48 por ciento; la carne de res y sus derivados, que se encarecieron 33 por ciento, la yuca para el consumo del hogar, que tuvo una variación anual del 28,7 por ciento, y la carne de pollo, que subió en 2021 un 26,35 por ciento.
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Otros alimentos claves dentro de la canasta familiar, cuyos precios más se elevaron el año pasado, fueron las frutas frescas (24,3 por ciento), el plátano (21,1 por ciento), las legumbres secas (20,3 por ciento), la mora (20,2 por ciento) y las hortalizas y legumbres frescas (20 por ciento).
Al mismo tiempo, en alimentos como las naranjas, la zanahoria, los huevos, el café y productos a base del grano; el trigo y sus derivados, así como el azúcar y otros endulzantes, también se registraron alzas sustanciales en sus valores, aunque las mismas estuvieron por debajo del 20 por ciento.
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La papa fue el alimento que más subió: 111 por ciento, según el Dane.
Mauricio Moreno / EL TIEMPO
Y es que la presión sobre los precios al consumidor fue tanta durante el 2021, que el 45 por ciento de las 188 subclases de bienes y servicios de la canasta familiar subió por encima de la inflación acumulada en el año, que cerró en 5,62 por ciento.
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Dentro del predominio de los alimentos en la disparada de los precios al consumidor de 2021, aparecen los seguros de vehículos y otros relacionados con el transporte, cuyo costo subió 17,5 por ciento, mientras que los equipos para grabación, recepción y reproducción de imagen y sonido se incrementaron en 15,6 por ciento.
La Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) estima que el precio de los insumos puede elevar los costos de producción de los alimentos en el país hasta en 70 por ciento, dependiendo del sector productivo, fenómeno que no fue exclusivo de Colombia, ya que situaciones similares se registraron en otros países con inflaciones mucho más altas.
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Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el año pasado su índice de precios de alimentos alcanzó su nivel más alto de la última década: 125,7 puntos en promedio, lo que representa el 28,1 por ciento más que en el 2020.
Asimismo, dentro de la lista que bienes y servicios cuyo precio subió más de dos veces la inflación del año pasado aparecen los materiales para la conservación de vivienda (alza del 14,62 por ciento); los diplomados, programas de educación continuada, preicfes y preuniversitarios (14,29 por ciento); las piezas para bicicleta como neumáticos, rines y piñones (14,23 por ciento), al igual que alimentos como el queso, la leche, la sal y la mantequilla de vaca, con reajustes del 12,97 por ciento, 12,79 por ciento, 12,15 por ciento y 12 por ciento, respectivamente.
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Por su parte, las matrículas para posgrados subieron 11,74 por ciento (2,09 veces la inflación), las estufas, hornos y pipetas de gas (11,35 por ciento y 2,02 veces el IPC), en tanto que el precio del pan y los combustibles cerraron el 2021 con aumentos del 11,34 por ciento y del 11,32 por ciento, en ese orden.

El 45 por ciento de las 188 subclases de bienes y servicios de la canasta familiar subió por encima de la inflación acumulada en el año.
Vanexa Romero/El Tiempo
Diferentes analistas financieros y el mismo Banco de la República han señalado que las proyecciones sectoriales sugieren que tras mantenerse en los primeros meses del 2022, las presiones inflacionarias van a reducirse durante el primer semestre del año 2022.
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En diciembre, el gerente del Emisor, Leonardo Villar, dijo que la expectativa es que la inflación de productos alimenticios, que es la que más ha golpeado el dato de inflación y a las familias, se reduzca de manera sustancial durante el año.
Pero en medio de la carestía que reinó durante el 2021 también hubo algunos oasis para beneficio de las familias, ya que también hubo descensos importantes en los precios de otros productos y servicios.
Por ejemplo, la arracacha, el ñame y otros tubérculos registraron una caída del 19,2 por ciento; el precio del arroz bajó 14,4 por ciento; y el de la cebolla se redujo en 3,4 por ciento.
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Otros descensos importantes del 2021 se dieron en los implementos médicos, con 15,8 por ciento; los aparatos de procesamiento de información y hardware (14,7 por ciento) y los equipos de telefonía celular, que bajaron en promedio 13,3 por ciento, los servicios de comunicación fija y móvil e internet, con una reducción de 12 por ciento, y las prendas de vestir para mujer, con descenso de 8,5 por ciento.
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