El engaño que usaban algunos al suministrar información para entrar a la fuerza en la lista de los puntajes del Sisbén y recibir así los subsidios del Estado ya no va más.
Para la elaboración del Sisbén IV, iniciado con el objetivo de actualizar y depurar la información de colados, y beneficiar realmente a los colombianos que lo necesitan, el Departamento Nacional de Planeación decidió que nadie, aparte de un escaso grupo de técnicos de la entidad, tendrá conocimiento de qué elementos se utilizarán para asignar el puntaje.
Así lo confirmó el director de Planeación, Luis Fernando Mejía, tras presentar los avances de esta tarea, que concluirá en 2019 luego de cubrir un total de 11,5 millones de familias, equivalentes a 40,5 millones de personas.
“Hoy tenemos 36,7 millones de personas en el Sisbén. Sería difícil no tener una información actualizada de todos. Por eso, la nueva cifra se estableció con base en el crecimiento poblacional”.
El funcionario aclaró que, si bien se trata de alrededor del 80 por ciento de la población, el Sisbén, a diferencia del censo poblacional que se hará el próximo año, es una base de datos. En consecuencia, “no quiere decir que todo el que esté en el Sisbén sea pobre. Esta es una base de datos socioeconómica”.
Otra de las novedades que tendrá esta investigación, la cual ya comenzó en el país en octubre pasado, será la identificación de la capacidad que tienen las personas para generar ingreso y cuánto gastan en su manutención. Esto permitirá establecer si su situación económica es estable o, por el contrario, está en riesgo de vulnerabilidad. “Vamos a hacer una encuesta detallada para poder medir ingresos y gastos del hogar. También vamos a poder medir el índice de pobreza multidimensional a nivel municipal, algo que no se hacía y que va a ser clave para hacer seguimiento de la evolución de las condiciones económicas de las familias”, indicó Mejía.
Hasta el momento, según las cifras entregadas este martes por Planeación Nacional, luego de solo un mes de haberse iniciado el proceso de recolección de la información del Sisbén IV, ya van 142 municipios de 17 departamentos del país cubiertos, para un resultado de 203.001 familias. No obstante, los datos de lo hallado en esta etapa no se darán a conocer hasta tanto no se cierren las bases de datos.
El cronograma establecido da cuenta de que, en lo que resta de 2017, se completará un total de 232 municipios. Para 2018, se tomó la decisión de suspender la investigación, entre enero y junio, con el fin de evitar que se utilice el Sisbén para ofrecer favores a cambio de votos. Por ello, en ese año el barrido se hará en 358 municipios. Y durante 2019 se llegará a los 512 restantes.
A pesar de la mayor cobertura de población y el paso de casi una década desde que se hizo el Sisbén III, los costos por encuesta se redujeron. El anterior Sisbén cubrió 7,7 millones de personas, duró 28 meses, y cada encuesta costó 10.660 pesos. Ahora serán 25 meses, y cada encuesta sale por 6.116 pesos. La razón de ello, según Mejía, es la tecnología, pues el proceso se hará de forma totalmente electrónica. “El dispositivo móvil de captura nos ayuda a reducir los costos. La encuesta en papel hay que subirla a una base de datos, pasarla por un proceso de verificación y demás. Hoy, la aplicación inmediatamente sube la información ya verificada a una base de datos centralizada”.
En total, durante los tres años que dure la investigación se invertirán 132.733 millones de pesos, con lo cual se aspira a construir una base de datos más justa, indicó Mejía. En busca de ese objetivo, que permitirá focalizar los subsidios en las personas que realmente lo necesitan, se utilizará un nuevo mecanismo de control.
El año pasado, Planeación Nacional había identificado 98.000 individuos con puntajes que los incluían como receptores prioritarios de subsidios, pese a que sus reales condiciones económicas no los hacía merecedores de ayudas públicas.
“Esa identificación de colados se hizo solo con el cruce de tres bases de datos. Ahora dispondremos de 25, para depurar a los colados. Habrá captura automática de la cédula de la personas, un sistema de georreferenciación para identificar el sitio exacto de la vivienda, cruces de datos de educación, salud...”, concluyó Mejía.
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