Los colombianos están acudiendo con mayor frecuencia a la banca a financiar su tren de consumo; sin embargo, lo preocupante del asunto es que cada vez se está pidiendo más tiempo para pagar.
Por ese motivo, el riesgo de incumplimiento de dichas obligaciones también se ha venido incrementando, en la medida en que las entidades han ampliado sus plazos.
El número de créditos de consumo con plazos mayores a siete años se duplicó entre el 2014 y el año pasado, pues pasaron de unas 50.000 originaciones a cerca de 100.000, indicaron fuentes de la Superintendencia Financiera consultadas.
Lo que viene detectando desde el año pasado el ente de vigilancia y control es que, en particular, los créditos de consumo, que hace varios años se pactaban a plazos máximos de entre tres a cinco años, hoy se contratan a más de siete años; incluso, hay préstamos de consumo pactados con vencimientos de hasta diez años.
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Un ejercicio realizado por el centro de estudios económicos Anif, con base en información reportada a la Superintendencia Financiera, encontró que los plazos de los préstamos de consumo a los hogares aumentaron en promedio de entre dos y tres años en el 2008 a entre cuatro y seis años en la actualidad.
La Anif considera que esto muestra, en parte, que los efectos de la política monetaria del Banco de la República sobre el crédito han venido perdiendo eficacia en la última década; es decir, entre el 2005 y el 2016.
“Dicha transmisión ha sido mayor sobre la cartera de las firmas (portafolio comercial y microcrédito) que sobre la cartera de los hogares (consumo y vivienda). Y estas alteraciones del ciclo monetario obedecen, principalmente, a una elevada expresión de préstamos a tasa de interés fija (el 45 por ciento de la cartera total frente al 55 por ciento a tasa variable)”, agrega el centro de estudios.
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Tanto en la Superintendencia Financiera como en el centro de estudios hay certeza de que esta situación que se viene presentando con la ampliación de los plazos de los créditos de consumo trae implícita una mayor probabilidad de impago de los mismos dado que las personas quedan más expuestas a los vaivenes de los ciclos económicos.
“Los colombianos prefieren enviar las compras, no las que realizan con tarjetas, sino las que hacen con los recursos que obtienen de los créditos de libre inversión a plazos mucho más largos para tener cuotas ajustadas a su perfil de pago; pero no saben que mientras más plazo, más expuesto está al incumplimiento por los cambios en los ciclos económicos”, explica un funcionario de la Superfinanciera.Vea infografía sobre el consumo de los colombianos.
La asignación de mayores plazos para pagar las deudas de consumo se da justo en medio de una coyuntura de desaceleración económica.
El año pasado, el crecimiento de la producción total de la economía fue solo del 2 por ciento; ha venido creciendo el desempleo (11,7 por ciento en enero) y hay incremento en la morosidad de la cartera, entre estas la de consumo.
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En enero pasado, la cartera vencida pegó un salto de 25,3 por ciento, ratificando la marcada tendencia al alza que trae desde mediados del año pasado.
Solo la cartera vencida de consumo creció a un ritmo del 20,5 por ciento en enero pasado, lo que significa que en esos últimos 12 meses las personas se atrasaron con sus créditos en cerca de 1,3 billones de pesos más. De tal manera, el saldo de esa morosidad se aproximó a los 6 billones de pesos.
CARLOS ARTURO GARCÍA M.
Redacción Economía y Negocios
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