Nike pasa a jugar a la ofensiva. La firma de indumentaria deportiva se anotó un incremento del 20 % en el beneficio trimestral, hasta 1.140 millones de dólares. Pero flojea del lado de las ventas, que crecieron 5 %, a 8.430 millones.
La compañía que dirige Mark Parker necesita más energía para poder aplacar a Adidas y Under Armour, que le comen terreno especialmente en EE. UU.
Las acciones de Nike cayeron más de un 6 por ciento tras conocerse el detalle del rendimiento de sus cuentas. Hace 3 años, la multinacional de Beaverton (Oregón) casi no tenía rival en el mercado norteamericano. Pero su dominio aplastante empezó a mermar con una Under Armour con grandes ambiciones y que irrumpió en la NBA fichando a Stephen Curry, de los Warriors.
Adidas, entre tanto, vuelve a resurgir gracias a colaboraciones exclusivas con celebridades de la talla de Pharrell Williams o Kanye West, lo que está provocando que las ventas en el mercado norteamericano crecieran solo un 3 %, hasta 3.780 millones. En los países de la Europa occidental no lo hizo mucho mejor, al elevarse un 4 por ciento, a los 1.500 millones.
Parker tiene grandes esperanzas en China. Ahí las ventas mejoraron un 9 por ciento cuando se compara con el mismo trimestre de hace un año, a los 1.075 millones. Pero ese crecimiento se modera y es inferior al doble dígito.
Los resultados corresponden al tercer trimestre del ejercicio fiscal de Nike. Los ingresos acumulados en los 9 primeros meses fueron de 25.670 millones (una mejora del 7 %). El objetivo de Parker es llegar a los 50.000 millones de facturación en el 2020.
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