Se dice que usted ha logrado bajar los costos de Ecopetrol de una manera increíble durante el tiempo que lleva en su cargo. ¿Es cierto?
Cierto. El ahorro de este año, sumado, es de 5 billones de pesos. El año entrante serán 3 o 4 billones más. A finales del 2017 debemos haber ahorrado, acumulados, unos 8 billones de pesos.
Pero además se le apareció la Virgen, porque comenzó a subir el precio del petróleo...
La acción va repuntando. Hoy está en 56 dólares, pero en enero-febrero del 2016 estuvimos en el infierno: US$ 27, la mitad de hoy.
¿Ecopetrol va otra vez rumbo al cielo?
El cielo viene, pero todavía se demora. Estamos por ahora en el purgatorio. Hace dos años, para dar plata, Ecopetrol necesitaba un precio de 64 dólares por barril. Hoy necesitamos US$ 44. La rebaja de costos ha reducido la exigencia de ese margen en 20 dólares por barril.
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¿Hay una explicación?
Hay muchas. El mayor precio que tiene Ecopetrol es el diluyente de los crudos pesados, una especie de gasolina que se le mete al crudo pesado para volverlo más fluido, como leche. Dejamos de usar tanto diluyente y estamos transportando petróleo viscoso como el kumis. El petróleo pesado es el de Chichimene, Castilla y Rubiales. Es superpesado. Traer ese diluyente desde Houston es costosísimo. A hoy, nos hemos ahorrado casi 900 millones de dólares. Cada pozo nos costaba 6,7 millones de dólares, de los cuales sacamos 500 barriles al año. Hoy hemos bajado el costo de producción a entre 3 y 4 millones de dólares.
¿Es cierto que hace un año o dos teníamos 131 taladros explorando en busca de petróleo nuevo, pero hoy hay solo nueve y 3 de ellos confirmaron exploraciones secas? ¿Mejor dicho, que solo estamos en manos de 3 taladros de exploración?
Uno explora para buscar petróleo nuevo. Aunque muy poco, debo informarle que hemos encontrado petróleo nuevo.
Eso se ha publicado. Porque lo que tenemos entendido es que desde el año 93, con Cupiagua y Cusiana, los pozos nuestros vienen en declive. Si estamos encontrando petróleo nuevo es una noticia muy esperanzadora para el país.
Encontramos gas en la costa Caribe y petróleo en el golfo de México con Anadarko, hace una semana. Allí, Ecopetrol tiene el 20 por ciento. Su importancia se mide por el espesor de las arenas. Son unos 70 metros de arena llenos de petróleo. Eso nos ayudará mucho. Y todavía este año hay dos pozos más donde puede haber petróleo, en Chimú, Meta, y otro también en el Meta, Pegaso. Y el próximo año, en costa afuera de Colombia, vamos a hacer 5 pozos: uno con Petrobras, uno con Anadarko, uno exclusivamente nuestro y otros dos pozos en busca de petróleo y gas. Y costa adentro, en territorio continental, haremos 17 pozos de exploración, que son riesgosos y costosos.
Ahora: también contamos con pozos de producción que son campos que ya conocemos, donde si usted le sigue poniendo pitillos y más pitillos, saca más petróleo; este año hicimos 150 de esos. El próximo año vamos a hacer 500.
Ya tenemos la caja.
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¿Y a qué horas llenaron la caja?
Estaba muy restringida. Primero bajamos los costos y nos llenamos de caja, y segundo, subió el peso. Cuando Dios no viene, manda al muchachito.
¿La paz con las Farc ha significado una disminución considerable en los atentados terroristas de la infraestructura petrolera?
Con las Farc, definitivamente. El año pasado tuvimos 79 atentados; este año, 39. Se nos han bajado casi a la mitad. En estos últimos dos meses, el Eln nos ha dado muy duro.
Ciento tres (103) personas muertas. ¿Es cierto que la guerrilla ofrece cinco millones por cada guardián de oleoducto que maten?
Eso no lo sé, pero lo que nos está pasando es que a los obreros y los soldados, unos francotiradores los están matando desde 200 o 300 metros en el Catatumbo.
¿Por qué el Gobierno no hace un gran escándalo, una gran cruzada internacional para denunciar estos crímenes contra la vida de las personas y contra el medioambiente? Eso ya no lo tolera el planeta.
El año pasado perdimos 79 soldados. Pero la gente está sorda a ese sufrimiento de nuestros soldados y campesinos. Estas zonas son de cocaína, de laboratorios, donde hay mucha afectación. Pero le tengo una noticia buena. Esta semana, el general Sergio Mantilla, cuatro estrellas, ex comandante general del Ejército, entra a ser gerente de seguridad de Ecopetrol.
Magnifica elección. Pero hay una oleada de protestas de las comunidades que se ha recrudecido contra la explotación petrolera. Las juntas de acción comunal, dígame si no es cierto, obligan a contratar trabajadores como soldadores por tres veces el valor del mercado; y a contratar servicios de ambulancias, por poner otro ejemplo, cuatro veces más caras que en el mercado. ¿Cómo puede Ecopetrol ser eficiente con esta extorsión?
Eso ya lo solucionamos. La relación con las comunidades ya no es con base en dinero sino con solución de problemas concretos. El dinero atrajo a la peor gente. Trabajamos con gobernadores y alcaldes. Hemos bajado las movilizaciones a la quinta parte de lo que eran hace un año. Un éxito del ambientalista Eduardo Uribe y de todo su equipo.
También se acusa a las petroleras de estar secando los ríos. Pero la industria del petróleo es de las que menos agua necesita, aunque no sé si residualmente los contaminan…
Le agradezco inmensamente esa pregunta. A los cinco alcaldes del Caquetá que nos estaban acusando de eso los invitamos al Magdalena Medio y a Acacías. Oiga este dato: un solo campo, el más antiguo de Colombia, La Cira Infantas, lleva 98 años en producción. Hemos sacado más de 900 millones de barriles en 100 años. No se ha secado un caño, una quebrada, un río, un acuífero y queda a pocos metros del río Magdalena. Estamos invitando a los alcaldes que tienen dudas a visitar nuestros campos. Se han dado cuenta de que estamos siendo coherentes con el medioambiente.
¿En conclusión: 2017 será un buen año para el petróleo, vamos a descubrir más yacimientos, y seguirá subiendo el precio mundial?
Tendremos en Colombia 500 pozos productores nuevos; perdimos 27.000 empleos en este último año y medio, pero el año entrante volveremos a contratar ingenieros de petróleo, geólogos, geofísicos.
¿El hecho de que el Secretario de Estado norteamericano vaya a ser presidente de la Exxon nos ayuda en algo? ¿Usted lo conoce?
No. Tenemos relaciones con Chevron, Shell, Petrobras, Anadarko, con muchas compañías. De hecho, la semana pasada estuvo el presidente de Pemex en Bogotá y hablamos mucho del futuro de compañías en el golfo de México y Colombia. Cuando EE. UU. tenía cerradas sus exportaciones, no estaba importando tampoco. Entonces nosotros vendíamos más a India y a China. Hoy le estamos vendiendo 200.000 barriles diarios a EE. UU. Es una excelente noticia que los norteamericanos tuvieran una actitud buena hacia nuestro petróleo.
La Contraloría acaba de culminar la primera etapa de la investigación sobre Reficar. Algunos dicen que esa plata no se la robaron, sino que se perdió en ineficiencia. Para mí es una manera de corrupción. ¿A usted, que golpeó sobre la mesa de juntas reclamando eficiencia, qué sabor le deja esa investigación?
La indignación que sienten la Contraloría y los colombianos la sentimos en Ecopetrol. Hemos hecho todo lo imaginable para que esto no vuelva a suceder. Creamos una Vicepresidencia de Ingeniería y Proyectos, y de Cumplimiento y Ética, de Compras y Abastecimiento, y cambiamos todo el sistema de aprobación de proyectos. De aquí en adelante tendremos que hacer todo lo posible para que un proyecto nuevo termine en costo y en tiempo como estaba planeado y presupuestado.
Lo increíble es que lo mismo quedó calcado en otro gigantesco proyecto: el de Bioenergy…
Nadie que haya sufrido a Bioenergy más que yo. Viene desde el 2007. ¿Qué he hecho? Terminar los proyectos y ponerlos a producir. Hoy Reficar está cargando 153.000 barriles por día, un récord. A Bioenergy espero prenderlo en diciembre, este mes. He llevado a la junta directiva de la Andi, a los empresarios más pesados del país, y todos se asombran del tamaño y eficiencia de Reficar. Le dimos todos los datos de los sobrecostos a la Contraloría. ¿Qué tenemos que hacer? Que se sepa la verdad sobre el pasado, en qué momento se tomaron las decisiones, por qué fueron los sobrecostos. Lo importante es que cuando llegamos hace año y medio había doce mil personas trabajando y costos mensuales de 80 millones de dólares. Un año después, hay 72 personas construyendo y costos mensuales de menos de 20 millones de dólares. Y otra cosa: Ecopetrol está produciendo unos ahorros a hoy de cinco billones de pesos.
La única duda que me queda es: ¿las juntas para qué sirven?
No puede uno ser injusto con las juntas. Si usted por ejemplo está en la junta de Ecopetrol en julio del 2012, cuando manoteé sobre la mesa y llegó la primera solicitud de cubrir sobrecostos por valor de 1.200 millones de dólares, usted se pregunta: ¿paro el proyecto? ¿Me consigo otra empresa? ¿O sigo construyendo y empiezo a recopilar las pruebas sobre los sobrecostos?
Cuando arrancaron las irregularidades, nadie las vio…
Todo el mundo en la junta de Ecopetrol en Reficar estuvo en agonía. Hay que entender la situación. ¿A qué precio nos lo hubiera podido construir otra empresa? Ocho mil millones de dólares pedían, traer una empresa que se dedicara solo a los costos, cambiar a la gerencia y a la junta de Reficar, mandar al vicepresidente a estar tres días a la semana en la planta. Habían hecho tan mal la planeación de la ingeniería que 18.000 personas estuvieron ahí durante 27 meses. La alternativa era acabar el proyecto pero ir construyendo con pruebas un caso muy sólido para un arbitramento. Son 2.000 millones de dólares de demanda de Reficar, más el lucro cesante que se calcula en 1.800 millones de dólares adicionales, más los costos del proyecto en que incurrió Ecopetrol por la demora. Si el tribunal se gana, la plata se recupera.
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¿Y ellos qué van a alegar en su defensa, que hubo inviernos y paros laborales?
Tenemos un caso muy sólido. Podemos demostrar la negligencia de una gente que se presentó como idónea para hacer esa obra y no lo era. Esperamos que el tribunal en justicia lo reconozca.
¿De dónde sacaron que la gente era idónea?
Esa es una pregunta válida. Nunca habían hecho una refinería. Se presentaron como si en febrero del 2013 la fueran a acabar y la prendimos en octubre del 2015. Esa demora de 17 meses prueba en nuestras argumentaciones que ellos se presentaron como algo que no eran y nos hicieron incurrir en la equivocación de contratarlos. Cuando nos dimos cuenta, ya era muy costoso cambiarlos. Tenemos más de un millón de documentos probatorios. Ya están nombrados los árbitros. Son un chileno de parte nuestra, un inglés de parte de ellos y un español que es el presidente del tribunal, que funcionará en Nueva York y dará su vaticinio en dos años. Si lo ganamos, recuperaremos los sobrecostos. Tiene que haber justicia en este mundo. Pero mientras tanto, está la refinería funcionando a ‘full’. Ya se empezó a defender sola.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO