Jeff Immelt abandona la dirección de General Electric (GE) después de 16 años al frente de uno de los conglomerados industriales que mejor definen el poder empresarial de EE. UU. a escala global.
Lo sustituirá a partir del próximo primero de agosto como consejero delegado John Flannery, quien también asumirá a comienzos de año el cargo de presidente. La compañía está inmersa en un complejo proceso de transformación desde la pasada crisis financiera.
El cambio en la cúpula directiva de GE se conoce después de confirmar que pone en venta el negocio de bombillas, la primera piedra sobre la que Thomas Edison empezó a construir el grupo en 1892. Lo mismo hizo hace unos años con los electrodomésticos. El conglomerado se concreta ahora en productos industriales, las infraestructuras de energías y nuevas tecnologías.
Immelt es una figura muy respetada en el mundo corporativo. Tuvo que lidiar, a los cuatro días de asumir el cargo, con el golpe de los atentados del 11 de septiembre del 2001.
Tras el derrumbe del mercado de deuda decidió emprender una vuelta al origen de General Electric. Empezó desprendiéndose de activos como el negocio de medios NBC Universal y gran parte de su división financiera. Los inversionistas, sin embargo, no están contentos, y la dirección lleva tiempo bajo la presión de activistas, como Nelson Peltz.
GE perdió casi una tercera parte de su valor desde que Immelt está al frente, mientras que su rival Honeywell se apreció un 265 por ciento. Es la que peor rendimiento tiene del Dow Jones. Flannery deberá apaciguar a los rebeldes al tiempo que da forma a la transformación.
John Flannery estaba a cargo, hasta ahora, del negocio de salud y tiene 30 años de veteranía en empresas.
El anuncio fue recibido con un alza del 4 por ciento en la cotización antes de la apertura de Wall Street.