Como si el daño que causa el contrabando en sus modalidades tradicionales fuera poco –al año le deja un boquete a la economía colombiana de unos 7.000 millones de dólares–, las autoridades tienen que luchar ahora contra las redes que se dedican a esta actividad ilegal, pero desde diversas plataformas de internet.
En Colombia, la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) ha desmantelado varias redes que, suplantando páginas de compañías legalmente constituidas en el exterior, traen productos para el consumo humano, los cuales son adulterados no solo en su presentación sino también en su composición química, lo cual podría poner en riesgo la salud de quienes los compran para su consumo.
La alerta la hizo el brigadier general Juan Carlos Buitrago, director de la Polfa, quien participa en el IV Encuentro de la Alianza Latinoamericana Anticontrabando (Alac) que se lleva a cabo en Brasilia, capital de Brasil.
Aunque no se atreve a cuantificar cuál es el daño económico que esta nueva modalidad de contrabando le está causando al país, porque son estructuras más difíciles de detectar y combatir, lo cierto es que este comercio ilícito pone en riesgo la salud de cientos de colombianos por el tipo de productos que ingresan al país.
Esta clase de organizaciones, dice el directivo, se especializan en el comercio ilegal de textiles y calzado; suplementos alimenticios, anabólicos, medicinas paliativas y medicamentos para el tratamiento del cáncer, así como de otras enfermedades.
“En el análisis realizado a algunas de estas mercancías incautadas hemos encontrado que adulteran su composición química hasta con alimento para caballos y otras sustancias, lo que se suma a su comercio ilegal”, indicó Buitrago.
Tras suplantar páginas de internet de compañías legales en el exterior, los delincuentes se ponen en contacto con los clientes potenciales de dichos productos asistiendo a gimnasios, centros deportivos y médicos, así como algunos comercios y, ayudados por el voz a voz, van ganando consumidores a quienes les piden que los contacten a través de su página electrónica sin que estos adviertan que se trata de un sitio suplantado.
Así, el incauto hace su pedido, consigna el dinero a los estafadores y obtiene un producto mucho más económico para su bolsillo, pero, a la vez, de gran riesgo para su salud.
Claudia María Gaviria, directora de Gestión de Aduanas de la Dian, quien también asiste al encuentro de la Alac, advierte que esa modalidad de contrabando se vale, además, de los límites que existen en la mensajería para ingresar ese tipo de mercancías y hasta armas de fuego.
“Pueden ingresar un valor máximo de 2.000 dólares, en paquetes que no superen los 50 kilogramos de peso y un tamaño pequeño. En el caso de medicamentos y suplementos, no pueden superar las seis unidades por envío para evitar el pago del 10 por ciento de arancel y 16 por ciento de IVA”, explica.
Esto ha generado que los delincuentes realicen varios envíos de pequeñas cantidades, según el producto, lo que, por lo general, enciende las alertas de la Dian, que advierte sobre el riesgo grande de evasión que genera esta modalidad de contrabando conocida como pitufeo.
El problema del contrabando basado en plataformas electrónicas no es exclusivo de las mafias en Colombia, también comienza a ser bastante notorio en otros países latinoamericanos, según lo advirtieron funcionarios públicos y empresarios de los 16 países de la región reunidos en Brasilia.
Edson Vismona, copresidente pro tempore de la Alac, señala que la innovación debe seguir cumpliendo las leyes y las reglas de los países, en tanto la ética y la legalidad son principios básicos del comercio y hay que seguirlos defendiendo, por lo que propone la firma de un protocolo entre los países para combatir el contrabando de manera más organizada porque es un mal que trasciende lo económico.
No obstante, Brito Pereira, presidente del Consejo Nacional de Combate a la Piratería de Brasil, dice que el comercio ilegal no elige la naturaleza del producto ni su debilidad económica para comercializarlo, que hay que vigilar más las plataformas electrónicas de ventas, pero que mientras la sociedad siga consumiendo contrabando, atraída por productos de menor costo, será difícil erradicarlo.
Como principio fundamental anticontrabando, el ministro de Seguridad Institucional de la Presidencia de la República de Brasil, general Sergio Etchegoyen, precisó que el delito hay que combatirlo con tecnología y compartiendo información.
Para Vanessa Neumann, presidenta de la consultora Asymmetrica, es clave que los países hagan mayor inteligencia financiera para visibilizar el problema; mejoren los controles de aduanas, creen programas anticorrupción que premien a los gobiernos locales que demuestren una lucha decidida, pero, ante todo, que el ciudadano no siga siendo tolerante.
CARLOS ARTURO GARCÍA
Enviado especial de EL TIEMPO - BRASILIA