El aumento de la producción pesquera mediante el uso de tubos obsoletos de la red de oleoductos es una de las múltiples iniciativas de innovación de Ecopetrol, en cabeza del Instituto Colombiano del Petróleo (ICP).
Con el programa Diáspora, para construcción de grandes estructuras con tubería vieja de los oleoductos, las cuales se sumergen a una distancia de entre 1 y 3 millas de la costa para crear arrecifes artificiales, la petrolera contribuye a recuperar el lecho marino.
Hoy, la empresa tiene 51 de estos arrecifes en el golfo de Morrosquillo, y la iniciativa se ha replicado en los puertos de Tumaco y en la bahía de Pozos Colorados, en Santa Marta, lo cual le permitió ganar en el 2014 el premio Accenture en la categoría de innovación en responsabilidad social.
Este desarrollo y la estructuración de sistemas de seguimiento en tiempo real para reducir los riesgos en la perforación forman parte de un variado portafolio de inversiones por 1,29 billones de pesos en la última década y que le permitieron, solo en el 2015, tener beneficios comprobados de 346 millones de dólares. Y entre el 2005 y el 2016, los beneficios de los proyectos de innovación ascenderán a 4.172 millones de dólares.
Las iniciativas también incluyen, por ejemplo, la caracterización de las propiedades de las rocas, buscando prever la producción de los nuevos descubrimientos y definir su comercialidad; o pruebas de tecnologías de recobro no térmico, mediante inyección de agua y agua mejorada para elevar el porcentaje de recuperación de crudo en al menos un 5 por ciento.
Incluso, para recibir la operación del campo Rubiales, desde julio del 2015 se implementó un plan tecnológico para garantizar que la recepción, de Pacific E&P, fuera exitosa.
Entre el 2013 y el 2016, Ecopetrol licenció 22 productos tecnológicos a terceros, lo cual dará a la petrolera nuevos ingresos en regalías por más de 5 millones de dólares, en promedio, durante los próximos 5 años.