Si se espera que la economía mundial caiga este año 4,4 por ciento, por la pandemia, en Latinoamérica y el Caribe la reducción de la actividad sería de 8,1 por ciento, casi el doble, según las proyecciones más recientes del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pero además del Fondo, las estimaciones de diferentes instituciones coinciden en que Latinoamérica es una de las regiones del mundo cuyas economías están siendo más golpeadas por el coronavirus.
El FMI señala, por ejemplo, que el grupo de las 7 mayores economías del mundo caerá 5,6 por ciento, en tanto que África subsahariana lo haría en 3 por ciento y el Medio Oriente y Asia Central, 4,1 por ciento.
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¿Qué hace que la región latinoamericana sufra el mayor impacto del covid-19 en su producción económica? Hay tres razones principales y otros hechos complementarios, de acuerdo con el análisis que se presenta en El libro 2021: Colombia, frente al reto de la transformación, de los departamentos de investigación de Grupo Bolívar y Davivienda Corredores.
El documento será lanzado en un evento virtual este miércoles y jueves, en el que participarán expertos del país e internacionales (ver aquí información del evento).
De acuerdo con el análisis, las razones principales están relacionadas con la deuda pública, la informalidad y la conectividad. A las que se les suma el hecho de que en las economías de varios países de la región hay un peso importante del turismo, “circunstancia que los volvió especialmente vulnerables al haberse restringido vuelos internacionales y reducirse drásticamente la disposición a viajar con la pandemia”.
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Así, el informe señala el caso de México, Panamá, Honduras y Costa Rica, en donde el sector turístico alcanza a pesar 7,2; 5,9 y 5,1 por ciento, respectivamente, en el producto interno bruto (PIB).
El informe advierte que Latinoamérica llegó a la pandemia con un alto nivel de deuda pública, como consecuencia del gasto de los países para contrarrestar la caída económica cuando bajaron los precios de las materias primas.
La deuda promedio de la región pasó de 47,6 por ciento del PIB entre 2010 y 2014 a 61,5 por ciento entre 2015 y 2019. “El aumento en la deuda en esos años –dice el documento– lamentablemente reduce la capacidad de gasto en las circunstancias actuales. De acuerdo con el Banco Mundial, la región solo podrá incrementar el consumo público en 1,8 por ciento frente al 11,2 por ciento de Asia del este o el 8,4 por ciento de Asia del sur”.
Otro de los factores es la baja penetración de infraestructura de información y telecomunicaciones que dificulta el trabajo, el estudio y demás actividades virtuales, necesarias en el distanciamiento social.
En el Índice de Tecnologías de Información y Comunicaciones del Foro Económico Mundial, América Latina y el Caribe no tienen un puntaje alto, solamente superan a Asia del sur (India; Sri Lanka, Bangladés, etc.) y a África subsahariana. En la región, Colombia ocupa una posición intermedia entre los 22 países, está en el puesto 12.
El otro factor clave es el alto nivel de informalidad de la región, que agrava los efectos de la pandemia. Esa realidad ha generado problemas para el control de la propagación del virus y para que esa población acceda a servicios y transferencias de los gobiernos.
El análisis señala que los trabajadores por cuenta propia tuvieron que salir al rebusque, desafiando los confinamientos. Y, por no aportar a la seguridad social, es difícil ubicar geográficamente al trabajador.
El informe que se lanza este miércoles también incluye análisis sobre comportamientos de los mercados y perspectivas de inversión.
Se prevé, por ejemplo, que el impacto en la generación de utilidades de las compañías por cuenta de la pandemia se sentirá en la capacidad para distribuir dividendos. Mientras este año el retorno por dividendos del Colcap se ha ubicado por encima del 5 por ciento, en el 2021 se estima que se reduzca a la mitad.
En el documento, se identifican las compañías que dada su capacidad de producir utilidades en un período normalizado del ciclo económico podrían generar un mayor retorno para los inversionistas, lo que, contrastado con los precios actuales de mercado, las hace más atractivas en términos de rentabilidad esperada.
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