Carolina Cruz es la presentadora más querida de Colombia. Por eso es la protagonista de nuestra fiesta de cumpleaños. Después de todas las entrevistas que nos ha concedido, decidimos echar globos con ella, como en una conversación entre amigos. Carolina nos habló, entre otras cosas, de la vida en otros planetas, de su nulo interés por convertirse en una "artista integral" y demostró que tiene la respuesta perfecta para cualquier pregunta.
Por Daniel Páez // Fotografía Hernán Puentes
A mí no me interesa mucho la política porque creo que la gran mayoría de los políticos son unos corruptos y unos farsantes. Pero cuando escucho a Juan Lozano, me deja la impresión de que tiene claridad. Es uno de los políticos que han hecho las cosas bien en Colombia. Me parece una persona honesta y que podría llegar a realizar un papel bien importante para el país; por ejemplo su aporte al tema del cuidado del planeta es muy valioso. Sin embargo, la política no me gusta y, la verdad, no le paro muchas bolas, así que tampoco me atrevo a opinar mucho al respecto.
Poquito a poco estamos destruyendo el mundo, pero no creo que se vaya a acabar el día 12 del mes 12 del año 2012 o algo así. Respeto las creencias de cada persona, pero lo que está sucediendo es que somos nosotros mismos los que estamos acabando con todo y el problema es la conciencia de la gente, no una profecía.
El país puede tener todas las ganas de hacer un proceso de paz y quizás es lo que más necesitamos en este momento. Aun así, si las dos partes -porque esto no es cosa de uno solo- no están con las mismas ganas, en la misma posición, con los mismos deseos de conseguir la paz y con la misma mentalidad para hacerlo, creo que va a ser complicado lograr un final feliz.
Yo sí creo que hay extraterrestres. En este universo tan grande, veo muy poco probable que los humanos seamos los únicos seres vivos. No voy a decir que he visto a un marciano ni a un ovni ni nada por el estilo, pero me parece lógico que en otro mundo exista alguna forma de vida.
Como crecí con E.T., desde chiquita esa película me pareció una ternura: me la puedo repetir todas las veces que sean posibles, me emociono igual que la primera vez y me hubiera gustado estar ahí, en el rodaje o en una situación como la que cuenta la cinta.
Creo que no hay nada por encima de Dios y siempre me encomiendo a él, porque está presente en todo momento de mi vida. Soy muy devota del Divino Niño Jesús de Praga y de los angelitos: esos seres que están ahí cuidándonos todo el tiempo.
La maldad existe y hay gente que busca la manera de hacerles daño a los demás, pero nunca he tenido -afortunadamente y gracias a Dios- un contacto directo o alguna cercanía con algo como la brujería -y espero que jamás me vaya a pasar-.
Admiro y respeto a los artistas porque creo que les dieron un don. Claro que algunos sienten que nacieron con todos los talentos desarrollados. No creo que uno pueda hacer todo bien: si uno se dedica a hacer algo con su mayor empeño y pasión, puede llegar a sobresalir. Una cosa es querer hacer de todo y otra cosa es hacerlo bien: seguramente en algún momento va a fallar en algo. Por eso es mejor concentrarse en lo que uno en realidad sabe hacer.
Me han ofrecido actuar y nunca me le he medido porque, primero, no me llama la atención y, segundo, tengo esta mentalidad de "zapatero a tus zapatos". Mucho menos me pondría a cantar: yo soy buena en lo que hago y trato de mejorar cada día. Lo demás no me atrae.
Si pudiera tener un superpoder sería la teletransportación: sería un hit decir "qué rico estar en este momento en tal lugar" y llegar ahí. O cuando uno está cansado y tiene que aguantarse el trancón y llegar a la casa a desmaquillarse... no: sería lo máximo decir "quiero estar en mi cama" y listo, irse a dormir.
La tecnología está tan avanzada y facilita el acceso a todo, que cada vez es más difícil prohibir sitios como Cuevana o que la gente deje de descargar material sin pagar. Obviamente yo estoy en contra de eso, pienso que los derechos de autor son inviolables y que hay muchas personas que se perjudican con esas descargas. Pero también me parece que la misma tecnología nos impide ser claros en el funcionamiento de ciertos sistemas y nos permite hacer lo que sea, incluso lo ilegal.
El mundo será ideal cuando la gente deje de preocuparse por la vida de los demás o por lo que está haciendo el vecino. En ese momento vamos a tener la verdadera tranquilidad porque, en estos tiempos, todos se preocupan más por lo que está haciendo el de al lado que por su propia vida. Cuando se dediquen de lleno a lograr sus metas y a estar bien sin pasarse el día mirando qué hacen los otros, vamos a estar en el paraíso.
No he tenido nunca una parranda fuera de lo normal. Mis reuniones suelen ser tranquilas, con mi familia, con mis amigos o con mi novio. Afortunadamente, siempre he sido muy ubicadita y no he tenido ninguna experiencia rara, chistosa o jarta.
El público conoce el nombre de uno, pero no la vida ni lo que le ha tocado vivir o lo que ha pasado para llegar a donde está. Por eso, a mí en realidad lo único que me preocupa es lo que piensan mi familia, mi novio y mis amigos; lo que digan los demás me tiene sin cuidado. Es que si uno comete un error, todos se vuelven perfectos de repente y hacen comentarios sobre uno como si fallar fuera un crimen. Y lo más triste es que las mismas personas que están cerca de ti, que trabajan contigo, que están en el medio -televisión, radio, modelaje...-, son las que se encargan de burlarse y de hacerte la mala fama. Yo creo que son personas con vacíos, con demasiadas debilidades y lo que hacen es esconder sus fallas burlándose de los demás.
Creo que todas las mujeres, en algún momento, soñamos con ser La Mujer Maravilla: divina y con una cantidad de poderes.
Les tengo fobia a los sapos. También a las arañas y a las culebras, pero me muero cuando me cruzo con un sapo. Me dan mucha impresión. Es horrible. Por ejemplo una vez llegué a una comida en Cartagena, parqueé el carro afuera del edificio y cuando me fui a bajar había como diez sapos y no pude ni abrir la puerta. Dije "hasta que no se quiten, no me bajo". El sapo baboso... ¡no! Ningún sapo me gusta: tanto el animal como el humano, ¡qué asco!
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