La modelo y presentadora Cristina Hurtado estuvo en vivo con los usuarios de DONJUAN. Fue la oportunidad para preguntarle lo que quiera, para conocerla de verdad. Vea la twitcam aquí:
http://twitcam.livestream.com/623ve
Estudiante de comunicación y presentadora, Cristina Hurtado pertenece a los equipos de fútbol de Noticias RCN, Artistas Fútbol Club y Kia Donjuán. Tiene guayos morados para jugar al fútbol 5 y guayos fucsia para fútbol 11. Es paisa y aprendió de su mamá a hacer unos fríjoles matadores. Los buñuelos y las empanadas, en cambio, los aprendió a hacer por su cuenta.
GALERÍA DE FOTOS: Cristina Hurtado
Empecé a jugar al fútbol desde que tengo uso de razón. En la cuadra de mi barrio siempre jugábamos al fútbol con los amiguitos de mi hermano y con mi papá. A mí me ponían a jugar y yo iba feliz.
Me gusta jugar de delantera o de volante de primera línea. Siempre me gusta adelante. De defensa no... tal vez de central. No sé, me desespera no estar allá con el balón y encontrar el gol o hacer un buen pase, o llegar bien, con una jugada bonita.
Soy hincha del Barcelona, me parece que es el mejor equipo del mundo. Además está el jugador que más me gusta, Messi, que hace poco se puso de moda en el mundo futbolístico y me encanta; me encanta su juego, me encanta el dominio, me encanta su decencia, no se mete con nadie, no pelea en las canchas, es un gran ejemplo, es humilde, me gustan sus raíces. Todo eso me gusta de Messi.
Me dio mucha tristeza cuando eliminaron a Brasil en el Mundial de Sudáfrica, porque para mí Brasil era el campeón. Me dolió mucho, es como si hubieran eliminado a Colombia.
De equipos nacionales apoyo a los dos equipos antioqueños más importantes, al Nacional y al Medellín.
Con Comunicación yo voy a paso lento pero firme. Voy con toda la actitud, es una carrera que me tiene enamorada, pero lo chistoso es que me enamoré de la carrera antes de estudiarla. Que no le pasa a la gente; yo tuve la fortuna de llegar al canal, de llegar al noticiero y exprimir a mis compañeros. Me dieron la posibilidad de hacer notas, de investigar, de editar, de redactar, de hacer parte del noticiero como periodista, y eso me empezó a apasionar, a enamorar. Ese olfato periodístico me encantó.
Uno definitivamente tiene que hacer lo que le gusta, lo que le apasiona, y en este momento ilumino super bién mi profesión con la carrera. Entonces vamos como de la mano y a veces aplico cosas de mi trabajo en la universidad y viceversa y me gusta mucho.
En el colegio me buscaban siempre, decían, "tú eres divina, tú nos sirves perfecto para la obra de teatro tal". Me buscaban mucho del teatro, que por favor, que hiciera parte de tal obra, pero yo me la pasaba detrás del balón. Yo era muy deportista. A mí me gustaban el baloncesto, el fútbol y la natación.
Con mi esposo y mis hijos jugamos al fútbol. Cuando juego con los amiguitos de mis hijos, Daniel pide hacerse siempre en mi equipo, y me siento halagada. Y le enseño jugadas: no le pegues al balón así, domínalo de tal manera, vete por este lado, no hagas la misma jugada, no muestres lo que vas a hacer.
A mí me dicen que soy una niña-niño. Porque me gustan las cosas de hombres, me gustan los carros, me gusta el fútbol. Pero es que yo me crié con hombres.
Es muy raro que una presentadora de entretenimiento sea jugadora de fútbol, eso es una excepción a la regla.
Cuando voy al reinado de Cartagena, juego con los camarógrafos y los técnicos en la playa, y a ellos les encanta jugar conmigo y dicen que juego bien. Y yo me siento muy bien, prefiero ir a jugar un partido de fútbol a quedarme bronceándome.
Me gusta el deporte y el choque y correr, es más, casi no le cojo amor al gimnasio. Eso para mí fue una terapia porque a mí me gusta es el deporte. Me gusta el juego al aire libre.
Soy una persona tradicionalista, yo me veo con José en la vejez, me gusta el tema de la familia para toda la vida, de construir hogar, de ser comprensivos, tolerantes, todo eso, con el esposo. Y soy una convencida de que en tu hogar tienes que cultivar más a tu esposo que a tus hijos. Lo tienes que atender es a él, porque él va a ser tu compañero el resto de la vida. Tus hijos se te van a ir. Obviamente no los puedes descuidar porque para uno los hijos son lo más importante. Pero en realidad lo más importante en la vida de cualquier ser humano es Dios, y después, el esposo.
José dice que soy loca. Me dice, "tú eres mis alas y yo soy tu polo a tierra". Porque yo me disparo, soy arriesgada.
Las mujeres somos muy detallistas. Cuando a las mujeres les preguntan cómo les gusta un hombre, qué hombre las enamoraría, todas dicen, "yo quiero un hombre que tenga buen sentido del humor, que sea inteligente, que sea trabajador". Eso es lo que todas las mujeres piden. Pero en el fondo lo que todas las mujeres queremos es un hombre detallista. Pero no de cosas materiales, no que te lleve todos los días un ramo de flores, al otro día un peluche, al otro día un par de zapatos, sino un hombre de detalles.
Yo me enternezco con las parejas de viejitos en la calle, eso me mata. Yo le digo a José que así vamos a ser nosotros, y así quiero llegar con él: como esos viejitos que se ven enamorados, que van de la mano a la edad que tienen y que se tratan tan lindo, que la viejita es la que atiende al viejito porque el viejito ya no puede ni caminar, eso es una belleza y es lo que yo quiero.
A mí me gusta hablarle al televidente como le hablo a un amigo, porque así lo hago cercano a mí, el televidente se siente en confianza. Por eso hay gente en la calle que me ve y me habla y me saluda como si me conociera de toda la vida, y eso me parece lindo.
Para mí la máquina más poderosa del mundo es el ser humano: puedes hacer lo que quieras, solamente propóntelo.
¿Qué talentos tengo yo? Yo siento que tengo todos los talentos, como los tiene cualquier persona. La vida es una decisión, pero somos diferentes, entonces tenemos gustos diferentes y por eso todo el mundo hace algo distinto.
Hay una cosa que me dice la gente en la calle que me hace sentir muy halagada, me dicen, "Cristina, pero es que usted es muy sencilla, no vaya a cambiar, usted es linda, pero su forma de ser la hace ver más linda". Y qué bonito que te digan eso. Pero hay un ingrediente ahí importante y es que a mí no se me olvidan mis raíces, entonces siempre estoy poniéndome en el lugar del de allá, del que no tiene, me pongo en el lugar del que se ilusiona, del que sueña, del que anhela, y yo digo, "¿sabe qué, señora, sabe cuál es la diferencia de usted y yo? Que su trabajo no lo ve nadie, pero el mío sí lo ve todo el mundo. Pero somos iguales, usted tiene un trabajo, yo tengo un trabajo, usted tiene una familia, yo tengo una familia: todo es igual".
Cuando les doy un autógrafo, les doy un autógrafo. No les doy "Besos, Cris", no: les doy un autógrafo, y me dicen, "ay no, pero es que usted qué chévere". Pero es que es lo mínimo, si ellos me dejan entrar a su casa todos los días, y les gusta.
Yo le callé la boca a Colombia con mi talento. Con mi trabajo. Porque hay cosas que la gente no entiende porque no está aquí metida. Cuando empecé en el noticiero fue durísimo porque hice una escuela al aire: me pusieron ahí como "tírate al agua, ¿no sabes nadar? Sal como puedas". Así fue exactamente. Me pusieron al aire, en directo, no tenía academia, no tenía preparación, no tenía cursos, no tenía nada: haz lo que tú puedas. Y Colombia me dio muy duro. La gente me daba muy duro.
No me gusta que la gente me diga "tan divina, es que tú eres hermosa, es que eres una Barbie, qué ojos, qué cuerpazo", eso no me hace feliz. Pero hoy en día ya no es lo primero que me dicen. Hoy en día me dicen "Cristina, cómo lo haces de bien, me encanta como presentas, me fascina verte, siempre que presentas te pongo porque es que eres otra, has mejorado impresionantemente". Eso me da más fuerzas para seguir profesionalizándome y demostrarle a la gente y a mí misma que sí soy capaz.
En el mundo no hay personas brutas. Yo no creo en eso. Detesto la palabra "bruta", la detesto.
Me gusta mucho escribir, a mi esposo le di un libro de regalo de cumpleaños ahorita en enero. Yo se lo escribí, y cuando estoy en los aviones escribo poemas. Me gusta mucho la literatura y me gusta mucho escribir. De hecho, cuando abra mi página web, si algún día la abro, quiero publicar lo que he escrito.
Todo el mundo tiene capacidad de todo, lo que pasa es que no hay tiempo. Uno debería morir a los doscientos años para estudiar por lo menos las carreras que le gustan y ejercerlas.
En Colombia hay índices de miseria, hay índices de pobreza y otros índices que ya son muy chiquitos. Pero en los dos primeros más de la mitad del país. ¿Todo eso qué trae como consecuencia? Niños maltratados, niños que se van por el mal camino, niños abandonados. A mí me gustaría recoger a todos esos niños y darles lo que necesitan, educarlos, que sean grandes personas y que sean un elemento productivo para el país. Eso me gustaría.
Los televidentes son implacables, eso es lo más difícil. Porque eso no se lo puedes enseñar al televidente. Tú eres un producto y tienes que ser perfecto.
Me da muy duro aceptar que los humanos o la ley de Dios nos mandó a que eso era lo normal, pero ¿uno comerse un animalito? Eso me da muy duro.
A mí me da pena que ahorita con la Copa Sub-20 se venga todo el mundo para acá, porque Bogotá está horrible. Es como invitar a alguien a la casa y que a la casa le falten un poco de cosas, esté mal pintada o esté todo manchado, no tenga sala, que les toque sentarse en el piso, es lo mismo. A mí me da pena que la gente llegue acá y entre por Bogotá, me encantaría que la capital fuera Medellín y el aeropuerto internacional también quedara allí.
Por: Iván Hurtado
Fotografía Hernán Puentes
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