Después de cinco horas y cuarenta minutos de intensa lucha, la novena partida del duelo, que por el título mundial de ajedrez están sosteniendo en el Fulton Market Building, en Manhattan, el campeón, el noruego Magnus Carlsen, de 25 años y número uno del mundo, ante el retador ruso, de origen ucranio, Sergei Karjakin, de 26 y noveno en la clasificación, acabó en tablas tras 74 movimientos de una apertura española.
El empate pudo acordarse mucho antes de la firma de ambos jugadores; durante más de una hora Karjakin, que jugó con las piezas blancas, estiró la lucha (tenía ventaja de un peón pero que no bastaba para ganar), y acaso, con el único fin de desgastar a su rival que sin chance de victoria, pero con el empate asegurado, debía buscar la respuesta exacta para igualar la posición a cada movimiento.
De esta manera, a tres juegos del final -el duelo está previsto a 12 partidas y con un millón de euros en premios- el aspirante sigue a paso firme manteniendo su ventaja en el marcador (producto de su triunfo en el octavo juego) por 5 a 4 y obligando a su rival a ir en búsqueda de una victoria para igualar la lucha y forzar el desempate. Para ello deberá sacar provecho este jueves de la décima y antepenúltima partida en la que irá con blancas, color que repetirá en el último juego, el próximo 28.
El reglamento de la FIDE dice que será declarado vencedor el primer jugador que alcance 6,5 puntos. Y, que en caso de empate en 6, habrá una jornada de desempates, con partidas semilentas (cuatro, a ritmo de 25 minutos) y si persiste la igualdad, con partidas blitz (cuatro, con ritmo a 5 minutos) y si tampoco hubiere un ganador se jugará un único juego, estilo Armageddon, en el que el blanco con ventaja de un minuto (5 contra 4 de su rival) estará obligado a ganar, ya que el empate en ese caso favorecerá al bando negro.
En el historial de este juego sólo en el choque entre Topalov y Kramnik, en 2006, fue la única oportunidad en la que fue necesario aplicar el sistema de desempate. Es que desde los comienzos de estas competencias, los matches se jugaron con un número limitado de victorias (por ejemplo 10 o 6, y ganaba el que lo alcanzaba primero) o con número limitado de juegos (24 partidas), pero en ese caso, los empates favorecían al campeón para retener la corona.
Tras la regularización del cisma (entre 1993 y 2006, el ajedrez contó con dos campeones mundiales, uno oficial y otro oficioso), y se dispuso esta serie de duelos con límite de 12 partidas. A pesar de la paridad de los finalistas (Kramnik-Anand, Anand-Topalov, Anand-Gelfand y Anand-Carlsen) hasta el momento -salvo el caso mencionado entre Topalov y Kramnik-, nunca fue necesario llegar al desempate.
La Nación (Argentina)
GDA
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