Raúl Ortiz manda a Íngrit en el cuadrilátero y en su corazón

Raúl Ortiz no solo es el entrenador de la boxeadora colombiana Íngrit Lorena Valencia, que mañana irá en busca del paso a la semifinal de los 51 kilos de los Juegos Olímpicos, sino que es su compañero.

Los dos se conocieron por el deporte. En el 2010, Raúl fue la cabeza visible de una convocatoria nacional en la capital del Tolima en busca de comenzar un proceso y de llevar pugilistas a los Juegos Suramericanos de Medellín. Valencia vino de Cali, se instaló y fue seleccionada. En las justas fue bronce y su carrera comenzó a levantar.

“Ella sufrió mucho al comienzo por lo que le ha pasado en su vida, pero los dos hemos hecho un camino victorioso, gracias a que Íngrit es de una fortaleza mental increíble”, dijo Raúl.

Cuenta el DT que después de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, en los que alcanzó el bronce, Valencia pensó en el retiro. “Extrañaba mucho a su hijo, a mí, porque yo no estaba en el equipo técnico. Además, no le alcanzaba el sueldo que ganaba”.

Para seguir en el programa, ella necesitaba a su entrenador y una mejora salarial, por eso fue al Comité Olímpico Colombiano (COC) y expuso su caso o tomaría la decisión de irse.

“Por ella estamos acá, porque el COC accedió a sus peticiones. Ya está más tranquila, solo piensa en la medalla, porque su vida es Estiven, su mamá, sus hermanos”, señaló Ortiz.

Para Raúl, esta experiencia en los Juegos Olímpicos de Río es la más importante de su carrera como entrenador, porque la satisfacción de ser el DT de una medallista y a la vez su compañero, pues es un sueño hecho realidad.
“Cuando la conocí era una persona a la que solo le inquietaba salir adelante para mejorar las condiciones de su familia. Es una luchadora y acá en estos Juegos es que se da cuenta de lo que es”, señaló Ortiz.

LISANDRO RENGIFO
Enviado especial de EL TIEMPO
Río de Janeiro