Sin quererlo, sin desearlo, sin ninguna explicación, llegan problemas a la vida desde que se abren los ojos. Simplemente al momento de ver la luz hubo una avería, un piñón no coincidió en el lugar que era; pero así hay que enfrentar la vida, aceptarlo y superarlo.
Dixon Hooker nació con una parálisis cerebral leve que le afecta su capacidad psicomotriz, sobre todo cuando su fatiga es máxima, pero eso nunca le impidió intentar superarse todos los días y tener un carácter fuerte. Tampoco se ha visto menos que los demás.
“Mi mayor motivación soy yo, cumplir mis metas”, dice con firmeza, como cada zancada que da en la pista de atletismo, esa misma que le ha permitido cumplir varios de sus sueños y en la que quiere brillar en los próximos Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016.
La idea de una tía de que debía practicar deporte para contrarrestar su limitación fue la más acertada para Dixon. “El deporte me ayuda a que la enfermedad no sea tan notoria, por eso desde muy chiquito lo practiqué”, afirma el atleta de 22 años.
Era tan pequeño que no recuerda desde qué edad empezó a correr, pero se convirtió en atleta desde 2009, y lleva solo dos años como deportista de alto rendimiento. Pero ese corto tiempo le ha bastado para ser campeón Paranacional, de Interligas y de los Parapanamericanos en los 400 metros. Su último gran logro fue en Catar, donde se convirtió en el primer campeón mundial colombiano de atletismo paralímpico.
“El 2015 fue un año lleno de crecimientos, tuve mi primera salida a nivel internacional en los Parapanamericanos, luego, gracias a esas buenas actuaciones y de la mano de mi mentor, Alonso Mina, pudimos ir al mundial y lograr la medalla de oro”, dice Dixon orgulloso de ese triunfo que hoy lo tiene soñando con una presea dorada en Río.
Para alcanzar ese objetivo, Dixon ha trabajado muy fuerte a lo largo del año. En total han sido tres competencias de preparación, una en Colombia, otra en Dubái y la última en Brasil, la cual espera repetir en los próximos días.
“La preparación ha sido muy buena gracias a Indervalle, al Comité Paralímpico Colombiano y a Coldeportes. Hemos tenido tres eventos preparativos antes de las olimpiadas, donde obtuvimos los resultados esperados; en uno de ellos, precisamente en Brasil, rompimos el registro deseado”, afirmó ilusionado el caleño.
Dixon se considera una persona normal, como todos, eso sí, en las concentraciones del equipo olímpico es quien marca la pauta a la hora de ‘joder la vida’, “soy un persona espontánea, alegre, soy el que más jode, y por mí misma discapacidad no me puedo estar quieto y de alguna forma molestar a mis compañeros me ayuda a quemar toda esa energía”, dice entre risas.
Después de Río ya vendrán más competencias, pero estas olimpiadas están lejos de las metas de Hooker, “mi sueño es hacer tres ciclos olímpicos y en cada uno de ellos superarme a mí mismo”.
Una parálisis cerebral no pudo detener a Dixon y ahora se espera que nadie lo detenga en Río de Janeiro. Sus títulos hablan por sí solos, su medalla de oro en un campeonato mundial brilla con luz propia, la misma que quiere relucir en sus primeros Juegos Paralímpicos.
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