El rey después de 13 años consecutivos jugando los playoffs de la NBA, de los cuales en ocho llegó a la gran final y en tres lució el anillo de campeón, perdió su corona. A LeBron James no le salió bien su mudanza a Lakers de Los Ángeles y esta temporada se irá rápido a vacaciones. El mejor baloncesto del planeta no tendrá en sus finales a una de sus grandes estrellas.
LeBron quiso darle un vuelco a su carrera deportiva con 34 años. Salió de su zona de confort en Cavaliers de Cleveland, en una Conferencia Este en la que no había mucha competencia, para ir a Lakers a darle vida. El equipo de Los Ángeles carecía de un líder, de una gran estrella, tras el retiro de Kobe Bryant. La ilusión era alta, pero también había mesura, porque la plantilla era joven y no acostumbrada a pelear cabeza a cabeza con las grandes franquicias de la Conferencia del Oeste.
Sin embargo, las divisiones, lesiones y demasiadas críticas terminaron condenando a LeBron, partido tras partido, a llegar a la postemporada. No hubo nunca un chispa de reacción en Lakers y, en cambio, cada vez se ahogaban en el inmenso mal desempeño de su plantilla.
“Ha sido una temporada difícil para todos nosotros y no ha ido como esperábamos. No es para lo que competimos. Han sucedido muchas cosas: suspensiones, lesiones… No hemos podido jugar con consistencia y continuidad”, aseguró un lastimado LeBron.
Uno de los temas más importantes, que no dejó ver a un LeBron James en plenitud de condiciones, fue una distensión en la ingle. El jugador de 34 años tuvo que ausentarse durante 37 días. Sin embargo, según la fisioterapeuta del alero, Karen Joubert, su problema era complicado y debió haber estado sin jugar seis meses.
“Quería que se supiera lo mala que fue realmente su lesión y el dolor al que se ha tenido que enfrentar. A base de trabajo con su increíble preparador, Mike Mancias, consiguió volver a las seis semanas, pero tenía que haber estado de baja seis meses. En lugar de ser egoísta aguantó dolor, dolor y más dolor”, dijo Joubert, quien agregó: “No quería decepcionar ni a los Lakers ni a sus aficionados, pero yo sé por lo que ha pasado”.
Esta temporada también le dio otra cachetada a LeBron. En febrero pasado sufrió la peor derrota de su carrera, por 42 puntos, contra Pacers de Indiana (136-94), caída que era premonitoria de todo lo que podía pasar. Aunque a nivel personal tuvo un contraste al superar a Michael Jordan y se situó como el cuarto máximo anotador en la historia de la NBA.
El futuro no será fácil para él. Con su lesión deberá decidir si juega menos tiempo en los partidos que le queda a Lakers y si decide participar con EE. UU. el Mundial, que se disputará en China, en agosto.
“Son cuestiones que tendré que pensar. Me gusta jugar y voy a estar cinco meses sin hacerlo”, reflexionó LeBron.
La estela del jugador que supo mandar en la NBA los últimos años, que se puso su corona y aquel al que comparan con el mítico Jordan se apagó esta temporada y sus exitosos récords tuvieron un fin. Seguro volverá.
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