La bicampeona olímpica ama los animales, no va a muchas fiestas y colecciona pulseras.
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También impulsa "Pedaleando por un sueño", fundación que apoya a niños de bajos recursos que quieren imitarla.
La antioqueña tiene un carácter fuerte, así nunca esconda esa sonrisa que ya parece símbolo nacional.
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Vive pendiente de su madre y de su Urabá, región por la que siempre ha luchado.
A sus 33 años, el pesista alterna los entrenamientos con sus estudios de administración de empresas en la Universidad Santiago de Cali.
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En un futuro cercano, espera ser entrenador y gestor público.
Sus sacrificacios tienen nombre propio: Johan Estiven, su hijo de 10 años. Sueña con conocer Estados Unidos y viajar a Orlando con él.
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Quiere graduarse en Educación Física o Gastronomía.
La valluna que vendía empanadas para costear sus viajes deportivos ya cumplió su principal sueño: darle casa propia a sus padres.
Juan Pablo Rueda
Se ha entrenado en Japón, cree mucho en Dios y adora bailar salsa.
Este antioqueño ha trabajado arreglando bicicletas, lavando motos, vendiendo mangos, entre otras labores humildes, para cumplir el sueño de su vida: darle una casa a Doña Nelia, su mamá.
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Una caída de su padre en una construcción, obligó a Yuberjén a trabajar desde pequeño al lado de su hermano Didier.
Para quienes lo conocen los logros del antioqueño no sorprenden, pues practica sin parar, es disciplinado y muy enfocado.
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Su familia siempre ha sido su motor, especialmente Juan Carlos, su papá.
Vivió hasta hace unos días con sus hermanos en el sitio que les heredó su padre, quien murió el año pasado.
SANTIAGO SALDARRIAGA
Gracias a 'Mi Casa Ya', comenzará desde cero con su esposa y su pequeño hijo.
La vida íntima y cotidiana de nuestros medallistas olímpicos
Conocidos por sus logros y reconocimientos, estos héroes también se caracterizan por tener una vida tranquila, cercana a sus familias y con muchas aspiraciones para el futuro.