Decir que la luchadora Jackeline Rentería no ha sido una de las deportistas colombianas que más medallas le ha aportado al país en los ciclos olímpicos es una mentira, pero es cierto que ha dejado de escapar oportunidades valiosas de aumentar el número de metales y de mejorar el color de algunos de ellos en esta clase de certámenes.
Un ejemplo claro es lo que sucedió el lunes, en el torneo de lucha de los Juegos Bolivarianos, cuando en Santa Marta, en los que la vallecaucana llegó como máxima favorita al oro en los 63 kilos y perdió la final con la venezolana Nathaly Griman, quien la venció 9-4, le arrebató el metal dorado y la dejó con la de plata.
La colombiana llegó a la final al vencer en primera instancia a la boliviana Veralucía Susano, 5-0, y en su segunda salida derrotar a la ecuatoriana Maira Antes, y así logró su paso a la finalísima, en la que sucumbió, para sorpresa de todos, pues, en el papel, no tenía pierde y se contabilizaba su oro en la tabla de preseas a favor de la delegación local, pero no pudo ser posible.
Rentería, de 31 años, había ganado el oro en las justas de Trujillo (Perú) en el 2013, y ahora se queda con la de plata, en el comienzo del nuevo ciclo olímpico, que deberá terminar en Tokio 2020, su verdadero objetivo y para el que trabaja.
Para ella, haber perdido el oro en Santa Marta es un golpe duro, a la moral, al orgullo, y no es para menos, porque quería ganar en casa, como ya lo había hecho en los Juegos Suramericanos de Medellín en el 2010, pero no fue posible, tuvo una mala salida y Griman cobró.
Yo me he preparado de la manera más fuerte, he hecho físicamente muchos esfuerzos, incluso más allá de lo que los médicos me permiten hacer; he estado tratando de hacerlo...
“Yo me he preparado de la manera más fuerte, he hecho físicamente muchos esfuerzos, incluso más allá de lo que los médicos me permiten hacer; he estado tratando de hacerlo... Sé y hoy entiendo que me estoy equivocando en algo, más allá de lo físico y lo técnico”, aseguró una Rentería triste y sorprendida por lo que había pasado.
La historia se repiteLo del lunes en la larga y laureada hoja de vida de Jackeline Rentería no es nuevo, ya le había pasado, y Colombia ha quedado a la espera de su aporte dorado.
En los Juegos Panamericanos de Canadá del 2015, la luchadora nacional llegó a la competencia de los 63 kilos como candidata a ganar y no lo fue, se quedó con el bronce, al caer en la semifinal con la local Braxton Stone y luego con la peruana Jéssica Olivares, en un hecho que lamentaron ella y el resto de la delegación.
Los Olímpicos de Río de Janeiro la vieron despedirse muy pronto de la competencia luego de perder en cuartos de final con con la luchadora de Azerbaiyán Yuliya Ratkevich, otra triste salida, pues su ilusión, y la de todo un país, era que volviera a subir al podio.
Rentería venía de una operación urgente del maxilar inferior, luego de la fractura que sufrió en Polonia, el 20 de junio del 2016, en la gira de preparación para los Olímpicos, y poco tiempo tuvo para recuperarse, aunque ella, esa vez, libró de toda culpa a ese incidente.
“La lesión no tuvo nada que ver, eso nos ayudó a trabajar otras cosas. Es triste asimilar lo que pasó”, señaló en esa ocasión en Brasil.
El lunes, volvió a verse triste en el podio. No podía creer que había caído, que su táctica no le funcionó y salió con la de plata cuando vino por el oro, algo que no le impide seguir pensando en grande.
Tokio para mí es el sueño más grande que tengo, son los últimos Juegos Olímpicos que espero afrontar para obtener ese primer lugar tan anhelado que busco hace más de 16 años
“Tokio para mí es el sueño más grande que tengo, son los últimos Juegos Olímpicos que espero afrontar para obtener ese primer lugar tan anhelado que busco hace más de 16 años en pro de mi deporte y mi país”, agregó Rentería, quien en los Olímpicos del 2008 de Pekín y los del 2012 en Londres se quedó con el bronce.
Jackeline Rentería llegó a estos Juegos Bolivarianos a comenzar con pie derecho un nuevo ciclo olímpico, luego de haber ganado la medalla de bronce en el Mundial de Hungría y de conseguir el oro en el Panamericano de Panamá, y se va con una plata, un resultado amargo para ella, impensado para Colombia y que la obliga a analizar lo que viene pasando, porque no se le pudo haber olvidado cómo subirse al primer cajón del podio.
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