Clayton Kershaw, el estelar lanzador zurdo de los Dodgers de Los Ángeles, y quien será el abridor el martes en el primer juego de la Serie Mundial que se celebra en el Dodgers Stadium desde el 16 de octubre de 1988, contra Astros de Houston que clasificaron este sábado al vencer a Yankees año en el que esta divisa alcanzó el gallardete de campeón, está que no se cambia por nadie. Solo sueña con dejar atrás esa historia de décadas de sequía, en las que la organización se quedaba a mitad de camino en la búsqueda de la codiciada corona de la gran carpa.
Su ansiado paso al Clásico de Otoño es más que merecido tras alcanzar la corona del Viejo Circuito y un justo premio para una afición que se había acostumbrado a comprar y a coleccionar camisetas con el estampado de campeones, que nunca fueron estrenadas.
Después de 29 años, los angelinos regresan a una final de Serie Mundial con una nómina que ha sabido combinar la experiencia con los jóvenes talentos.
Cuando eres un niño, solo esperas llegar a las Grandes Ligas para decir que vas a jugar en la Serie Mundial. Es un momento increíble, como lo es el día que te casas o el día en que nacen tus hijos
“Cuando eres un niño, solo esperas llegar a las Grandes Ligas para decir que vas a jugar en la Serie Mundial. Es un momento increíble, especial, como lo es el día que te casas o el día en que nacen tus hijos. Avanzar a la Serie Mundial es uno de los mejores días de mi vida”, reconoció el abridor quien ha sido uno de los estandartes de los angelinos en esta temporada.
Claro que el éxito de este año del equipo, que nació a finales del siglo XIX en Brooklyn, en el extremo oeste de Long Island, hoy en día el condado más poblado de Nueva York, y que ostentó los nombres de Bridegrooms, Superbas, y Robins antes de migrar a la costa oeste de Estados Unidos, se debe a que ha contado con una plantilla poderosa tanto en lo ofensivo como en la defensa.

El mánager Dave Roberts tuco la fórmula ganadora para que los Dodgers lograran el gallardete de la Liga Nacional.
AFP
El mánager Dave Roberts, quien nació hace 45 años en Naha, en la prefectura de Okinawa, Japón, destacó que lo hecho por su grupo encarna la fuerza, la resistencia, el trabajo en equipo y el talento que distinguen en el mundo entero a Los Ángeles, ciudad a la que esta organización llegó en 1958, tras dejar el suburbio de Brooklyn.
El camino al banderínLos Dodgers finalizaron la temporada regular con un registro de 104 victorias y un saldo de 58 derrotas, grandes números que de todas maneras no aseguraban nada.
Luego blanquearon en tres compromisos en la Serie Divisional a los Cascabeles de Arizona y se impusieron 4-1 en la Serie por el Campeonato de la Liga Nacional a los Cachorros de Chicago, que eran los actuales campeones mundiales, pero que llegaron muy mansos a este crucial duelo, con los bates apagados y un numeroso cuerpo de relevistas que no cumplieron su tarea.
Pero si la rotación de lanzadores fue un gran soporte para los angelinos, no menos fue el aporte de bambinazos conectados por el zurdo Cody Bellinger, hábil en la primera base y sólido con el bate. Sin duda, un novato de quilates, mientras que Chris Taylor y Justin ‘Barba Roja’ Turner, al igual que el boricua Enrique Hernández, con mucho poder en el madero, y quien ha sido la brillante cuota latina tras la lesión que sufrió el mexicano Adrián González, que lo dejó por fuera de las finales.
Apenas cuatro victorias separan a los Dodgers de celebrar un título mundial para brindarlo a las nuevas generaciones.
JAVIER ARANA
Redactor de EL TIEMPO
@arana_javier
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