Los Juegos Bolivarianos bajaron el telón en Santa Marta y un sabor dulzón quedó en la boca, luego de la paliza propinada por Colombia a sus demás rivales, en especial a Venezuela, el país que había conquistado las coronas en 13 ediciones consecutivas de las justas, pero que desde 2013, cuando se disputaron los Juegos en Trujillo (Perú), dejó caer la preciada corona.
En esa oportunidad, Colombia se impuso por apenas cinco preseas de oro (166 a 161, en un final dramático que apenas se definió en la última jornada de competencias. El antioqueño Diego Colorado, al imponerse en la prueba de media maratón le dio a Colombia la medalla de oro que definió el título en tierras incas, con lo que el país logró después de 75 años el título de campeón de la edición XVII de los juegos regionales, en un final que peleó medalla a medalla.
Pero cuatro años después, cuando se esperaba un mano a mano entre los dos países, Colombia aplastó a su eterno rival y al término de dos semanas de competencias, le sacó una diferencia superior a los 100 oros. En esta ocasión, la encargada de asegurar el título, la que se colgó la presea que significó llegar a una diferencia inalcanzable, fue la ciclista santandereana Martha Bayona, en el velódromo Alcides Nieto Patiño, de Cali, donde se disputó el ciclismo de pista.
¿Qué explicación tiene ese resultado? ¿Por qué el avance significativo en medallas doradas de Colombia frente a un pobre balance de los patriotas?
Bueno, Colombia tenía la presión de ser la anfitrión y para ello preparó y presentó a lo mejor de su ya larga lista de figuras para que subieran el primer peldaño del ciclo olímpico. De los medallistas en Río 2016 apenas faltaron la saltadora Caterine Ibargüen y los pesistas Óscar Figueroa y Luis Javier Mosquera, todos por lesión, pero los otros olímpicos, encabezados por Mariana Pajón, cumplieron con sus respectivos objetivos.
“Este título significa mucho; de alguna manera significa no la tranquilidad, pero sí la esperanza de que arrancamos bien y que lo que bien empieza bien termina, con nuestra meta de llegar con buen pronóstico a la participación en los próximos Olímpicos”, dijo Baltazar Medina, presidente del Comité Olímpico Colombiano, tan pronto se conoció el arrollador triunfo. Sin embargo, la explicación será más clara y objetiva cuando se analicen las marcas y registros de los atletas para identificar en cuál punto se logró el avance y qué tanto influyó la discreta preparación de los referentes de Venezuela, muchos de ellos ausentes por la falta de recursos económicos y que tuvieron que ser sustituidos por jóvenes promesas de entre 18 y 20 años.
Lo que sí es claro tras el sólido triunfo es la ratificación de Colombia como potencia regional y continental deportiva, gracias a deportistas que lo dieron todo, como Mariana Pajón, ganadora de dos oros en el BMX y una de pista (equipos femenino), al igual que la judoca Yuri Alvear y los boxeadores Yuberjen Martínez e Íngrit Valencia, entro otros tantos.
Y, claro, también se destacaron otros deportistas que acumularon en su cuello una buena cantidad de oros como los gimnastas Jossimar Calvo y Lina Dussán, la arquera Sara López y la nadadora Isabella Arcila, entre otros.
El punto de partida en el ciclo olímpico fue halagador. La siguiente estación será en Cochabamba (Bolivia), donde se celebrarán los Juegos Suramericanos ( 26 de mayo-8 de junio del 2018). Allí habrá otro examen que medirá distancias.
Javier Arana
Redactor de Deportes EL TIEMPO
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