El fútbol femenino colombiano está de pie, lucha, resiste y se esfuerza por mantenerse así, incluso mucho mejor. Pese a ciertas dificultades estructurales, el 2022 ha sido un año redondo, con clasificaciones a los mundiales sub-17, sub-20 y mayores, con cupo a los Juegos Olímpicos, y con una liga local que dio un saltico de calidad, aunque clama para ser más fuerte, sólida y seria.
La Selección de mayores, la de Nelson Abadía, ha seducido al país, porque con su juego logró defender con pundonor la localía en la Copa América. Clasificó al Mundial de Nueva Zelanda y Australia 2023 y a los Olímpicos de París 2024, y aunque perdió, jugó con coraje por el título de la Copa contra Brasil, este sábado en Bucaramanga. Colombia demostró su crecimiento en el área, ratificándose como el primer país de la región, detrás de las brasileñas.
2022 brillante
Lo hecho por la Selección mayor es una repercusión positiva de lo que ya lograron las otras selecciones este año. La sub-17 fue subcampeona del Suramericano de Uruguay, detrás de Brasil, con cupo al Mundial de Costa Rica, que se disputará en agosto. La sub-20 fue subcampeona en el Sudamericano de Chile, con cupo al Mundial de la India, de octubre. Por todo eso, los expertos del fútbol femenino ven un panorama espléndido.
Ha sido un año de éxito rotundo, con resultados, con fruto, con participaciones internacionales importantes
Es el caso de Ricardo Rozo, exseleccionador de Colombia y precursor de la primera gran generación dorada, que explotó en 2010: “Ha sido un año extraordinario para el fútbol femenino del país, de muchos resultados favorables, de crecimiento a nivel de selecciones”, le dijo Rozo a EL TIEMPO. “La sub-17 va este año a Mundial, pero el otro será un nuevo proceso; la sub-20 igual; en mayores vemos una Selección fuerte, con fogueo, pero esta generación suma años, hay que ir generando espacio para nuevas jugadoras. Ha sido un año de éxito rotundo, con resultados, con fruto, con participaciones internacionales importantes”, agregó Rozo.
Así que las selecciones femeninas sacan la cara. Cumplen los objetivos, con jugadoras experimentadas ya consolidadas como Catalina Usme o Daniela Montoya, y otras que han ido pasando de una categoría a otra, como Linda Caicedo, por mencionar a una crac que pasó de brillar en la sub-17 a comandar la de mayores.

SELECCION COLOMBIA FEMENINA
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Y, sin embargo, en el país hay un malestar paradójico, porque la liga local sigue siendo frágil. Este año, al menos, hubo un campeonato más competitivo, lo ganó América en la final contra Cali, con récord de asistencia en Colombia, con 37.100 espectadores en el Pascual Guerrero. Al término del partido hubo euforia, se anunció que habría liga en el segundo semestre, pero finalmente se cayó por la negativa de los clubes, que argumentaron dificultades económicas.
En medio de la indignación nacional, el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Ramón Jesurún, prometió que en 2023 habrá liga todo el año. Así que el fútbol femenino espera esa realidad.

Nelson Abadía y el festejo con la Selección.
AFP
“A nivel de clubes se hizo una liga corta pero digna, lamentamos que no haya una segunda, pero creemos en las palabras del presidente Jesurún de una liga larga el otro año, con respaldo económico. Es fundamental que haya recursos, preparación y que sigan creciendo los clubes grandes y pequeños, y eso redundará en las selecciones Colombia”, agrega el DT Rozo.
Por ahora, vienen los mundiales, y la Copa Libertadores en octubre, que jugarán América y Cali. Así que el fútbol femenino colombiano está de pie, en auge, y va por mucho más.
Pablo Romero
Redactor de EL TIEMPO
@PabloRomeroET
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