El tiempo se le debe estar pasando muy rápido a Sebastian Villa. El antioqueño, en un abrir y cerrar de ojos, logró con el Tolima una de las hazañas más grandes del fútbol colombiano: ser campeón, en Medellín, contra Nacional, fue el mejor jugador de la Liga 2018 I, lo convocaron a la Selección Colombia y hoy es figura de Boca Juniors, que enfrentará a Palmeiras en la semifinal de vuelta de la Copa Libertadores, en la cual el colombiano será titular y su equipo gana 2-0.
El habilidoso extremo, de 22 años, nació en Bello (Antioquia), pero luego de no concretarse su vinculación con las inferiores del Independiente Medellín llegó a Ibagué, a sus 16 años, la casa donde empezó su carrera de éxitos como profesional.
En el 2013 fue campeón del Campeonato Nacional sub-20 y en el año siguiente quedó de segundo en la tabla de goleadores. Eso lo llevó a ser visto por el técnico Alberto Gamero, quien se decidió por el joven para irlo llevando de a poco al primer equipo.
Y tocó llevarlo paso a paso porque en su posición coincidió por dos años con Andrés Felipe Ibargüen, figura del Tolima campeón de la Copa Colombia del 2014; y luego, por su edad, era relegado por jugadores como Marco Pérez o Harrison Otálvaro.
El 2017 fue el año en que explotarían la velocidad, las gambetas y todo el talento de Villa. Fue el cuarto jugador con más presencias durante ese año en el Tolima, no hizo goles, pero dio seis asistencias y fue el motor de un equipo que se quedó a un paso de la final de la Liga en el segundo semestre, al ser eliminado por Santa Fe.
Pero esa derrota sería el impulso para dar un salto de categoría que ya tiene a Sebastian Villa en la órbita del fútbol mundial.
Los 2.142 minutos jugados durante el primer semestre del 2018 le alcanzaron para seis goles, las mismas asistencias y un título que jamás olvidará la historia del fútbol colombiano.
La noche del 9 de junio del 2018 no se olvidará nunca en Ibagué, y todos los hinchas del Tolima llevarán el recuerdo de haberle ganado un título a Atlético Nacional, en el Atanasio Girardot, estadio en el que el local no había recibido goles durante todo el semestre y llevaba la mejor campaña de local de toda su historia.
Allí, Villa y sus compañeros marcaron un gol en el último minuto para ganar el partido 1-2 y forzar la tanda de penaltis, en la cual ganarían el título. Tras la celebración, en el mismo Atanasio, el jugador anunciaba su próximo salto. Al ser cuestionado si era su último partido con el Tolima dijo: “Eso parece, tengo que presentarme en la ciudad de Buenos Aires”.
La historia con Boca Juniors apenas empieza, pero en pocos juegos Villa ha demostrado que puede ser un nombre importante en una plantilla llena de estrellas.
Hace poco lideró al equipo argentino en los cuartos de final de vuelta de la Copa Libertadores, contra Cruzeiro, justo después de ver su esfuerzo recompensado con su primera convocatoria a la Selección Colombia.
Este miércoles, lo más seguro es que Villa vuelva a ser titular, en el partido más importante de Boca Juniors en los últimos diez años, otra vez será en Brasil, en un ambiente hostil, como lo fue en el Atanasio, en junio. En la noche, el colombiano podría estar pensando en una final de Copa Libertadores y su año fantástico.
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