El recuerdo es cada vez más difuso. Para que se hagan una idea, de los 510 futbolistas que, hasta el domingo, habían jugado al menos un minuto en la primera división del fútbol colombiano en este semestre, 214 (más del 40 por ciento) no habían nacido el 5 de septiembre de 1993, el día de la victoria más espectacular de la Selección Colombia. Pero muy seguramente habrán escuchado de esa tarde en el estadio Monumental de River Plate, en Buenos Aires. Todo colombiano que vio el 5-0 frente a Argentina tiene absolutamente claro qué estaba haciendo esa tarde y cómo celebró los goles de Freddy Rincón (41 PT y 29 ST), Faustino Asprilla (5 y 30 ST) y Adolfo Valencia (40 ST). Ya pasaron 25 años.
Francisco Maturana, el técnico que cambió la historia del fútbol colombiano hace 31 años, cuando asumió la dirección de la Selección, fue el responsable, desde el banquillo, de esa victoria. “Yo creo que el mundo entero entendió eso como un ejercicio de independencia. Tuvimos épocas en que Argentina nos metía cinco, seis goles, pero a partir de ese día hay un respeto”, explicó Maturana.
“Son tiempos totalmente distintos que no puedes asociar, pero ese es un hito que hace que te miren y te traten de usted. Tuvimos una época en la que los argentinos nos conquistaron en todas las direcciones. Pero, gracias a los argentinos, empezamos a crecer y logramos tener una altura para jugar de tú a tú con ellos”, agregó.
El resultado tan abultado, la diferencia tan grande en el marcador, podría sugerir que fue un partido muy fácil. Nada más alejado de la realidad. “El previo de ese partido es muy largo. Argentina venía haciendo una campaña espectacular. Nos enfrentamos dos veces en la Copa América de Ecuador.
El primer partido fue tosco, fuerte. Desde que salimos del camerino se estaba jugando: sonaban los guayos, los insultos. Hubo una expulsión, echaron a Freddy Rincón. Ahí empatamos 1-1. Al siguiente partido, qué pensábamos nosotros: que las condiciones las pongan ellos. Si quieren jugar al fútbol, jugamos al fútbol. Perdimos por penaltis, pero nos habíamos medido las fuerzas. Y luego vino el partido de las eliminatorias en Barranquilla, en el que el resultado fue mentiroso: si me dicen que ese juego lo ganamos 5-0, lo creía más que el otro”, recordó Maturana.
Tuvimos una época en la que los argentinos nos conquistaron en todas las direcciones. Pero, gracias a los argentinos, empezamos a crecer y logramos tener una altura para jugar de tú a tú con ellos
Ese partido de Barranquilla terminó 2-1 y con él, el invicto argentino, de 33 partidos, llegó a su final. Colombia empezaba a crecer, pero también sabía que el ambiente iba a ser complicado.
“Cuando nos bajamos del avión fue pesado. Esa noche hicieron ruido y no nos dejaron dormir, después vinieron los incidentes con el bus, nos rompieron un vidrio. Pero no le paramos bolas a eso”, recordó la figura de esa tarde-noche, Carlos Valderrama. “Lo más importante fue salir a la cancha con esa personalidad. A nosotros no solo nos servía el triunfo, sino también el empate”, agregó el Pibe. Y a eso había que sumar las declaraciones de Diego Maradona, que por entonces no formaba parte de la selección de su país: “Argentina está arriba y Colombia abajo, y ahí está todo bien”.
Claro que había que enfriar el ambiente de una tribuna hostil. El equipo salió muy temprano a calentar a la cancha del Monumental, para aguantar la lluvia de insultos. Y Faustino Asprilla, que por entonces ya jugaba en el Parma, salió a la cancha con uno de los enormes celulares de la época y se puso a hablar en la mitad de la cancha.
“En mi carrera no hay nada mejor que ese partido. Es el primer lugar de todo lo que me pasó en el fútbol. Vestir la camiseta de la Selección, jugar la eliminatoria y clasificar al Mundial, eso no es de todos los días. Hoy, el futbolista colombiano ve ese partido y no se intimida”, recordó el ‘Tino’.
El chaparrón del previo del partido, con insultos, con vidrios rotos, se trasladó a la cancha. Argentina quiso llevarse por delante a Colombia en los primeros minutos. “En ese comienzo del partido, Óscar Córdoba sacó de todo... Pudimos aguantar y logramos hacer un gol terminando el primer tiempo. Eso nos dio tranquilidad. Yo solo me doy cuenta cuando hicimos el tercer gol de que ese partido podía ser una goleada. A veces pasa así: en Barranquilla tuvimos muchas oportunidades de gol, pero no las concretamos. Ese día entró todo”, dijo Valderrama.
El Pibe no fue el único que se dio cuenta de que ese día podía quedar en la leyenda. “Cuando (Freddy) Rincón hizo el tercer gol, el ‘Tren’ Valencia comienza a intuir que ese partido iba a ser histórico. Entonces empieza a decirme, casi que a implorarme, que le pusiera un gol, que todos iban a hacer gol menos él. Yo le decía: ‘Espere, ahora, ahora’. Y él insistía: ‘Yo quiero pasar a la historia, ¡poneme un gol!’. Pasaron como diez minutos, hasta que yo lo veo pasar y se la paso. Cuando hizo el gol, descansamos todos...”, señaló Asprilla.
Los jugadores, en distintos grupos, celebraron a rabiar el triunfo. Valderrama se quedó en el hotel. Y Maturana aprovechó para reflexionar, aunque hay una imagen de ese día que muestra lo importante de ese logro: después del quinto gol, estalló de alegría. “Yo me quedé en mi habitación. Recibí al ‘Polaco’ Semenewicz y a Raúl Navarro: nos quedamos hablando de nuestra época de Nacional. Los técnicos no tenemos espacio para las celebraciones. Cuando ganás algo, la alegría te dura 24 horas si acaso, pero cuando perdés, eso te dura toda la vida”, declaró el DT.

La celebración de Maturana y el cuerpo técnico, retratada por el enviado de EL TIEMPO a cubrir ese partido histórico.
Henry Agudelo / Archivo EL TIEMPO.
La Selección no pudo revalidar lo que hizo en la eliminatoria, y en especial ese 5-0, en el Mundial. Terminó eliminada en primera fase. “Yo escucho que nos hizo daño ganarle a Argentina. Esa es la mentira más grande del mundo. El Mundial fue otra cosa: si lo hubiéramos jugado a la semana siguiente de ese partido, habría sido diferente. Pero fue casi un año después”, señaló Asprilla.
Óscar Córdoba, Luis Fernando Herrera, Luis Carlos Perea, Alexis Mendoza, Wilson Pérez, Leonel Álvarez, Gabriel ‘Barrabás’ Gómez, Freddy Rincón, Carlos Valderrama, Adolfo Valencia y Faustino Asprilla quedaron en la historia de nuestro fútbol después de esa tarde. Hoy, aún los reconocen, al igual que a Maturana.

Arriba: Óscar Córdoba, Luis Perea, Leonel Álvarez, Freddy Rincón, Adolfo Valencia y Alexis Mendoza. Abajo, Faustino Asprilla, ‘Barrabás’ Gómez, Wilson Pérez, ‘Chonto’ Herrera y Carlos Valderrama.
Guillermo Torres / Archivo EL TIEMPO
“Para mí, si hay algún país en el que soy bien recibido, después de España, es Argentina. Desde que llego allá me llaman, me recuerdan siempre ese 5-0, pero saben que eso ya pasó. Nosotros crecimos, y Argentina sigue siendo Argentina. Pero los mismos argentinos se identifican con eso, nos tienen respeto”. Ah: esos mismos que insultaron al comienzo terminaron aplaudiendo a Colombia, entre ellos Maradona, que tuvo que volver para ayudar a su Selección en el repechaje contra Australia. Y aún siguen aplaudiendo, 25 años después.
José Orlando Ascencio
Subeditor de Deportes
@josasc
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