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Despacio que tengo prisa… (Meluk le cuenta)

La razón del triunfo sobre Japón más que táctica fue estratégica: despacio que llevamos prisa.

Gabriel Meluk
Ganó Colombia 0-1 a Japón en el primer partido de Carlos Queiroz como DT de la Selección. Un equipo muy parecido en ubicación, ideas y nombres al que dejó José Pékerman. El primer tiempo fue flojo, malo. Con un equipo partido por la falta de apoyo defensivo de los extremos a los volantes de marca, con lo que la Selección quedó expuesta en defensa. La intensidad y la velocidad japonesa marcaban el destino de una Colombia apresurada e imprecisa. Los laterales, en especial Machado, eran frágiles. Lerma, uno de los volantes de marca, ni quitaba ni raspaba ni pegaba. Así, el 0-0 del primer tiempo resultó generoso y benévolo para una Colombia superada y deslucida y que se partía de manera evidente con los dos volantes de marca y los zagueros reculando muy lejos de los extremos...
El segundo tiempo fue otra historia y Colombia se apoderó del partido quitándole la velocidad a Japón. Ese fue el factor determinante más allá de que los extremos fueron más aplicados, de que el ‘doble cinco’ se ajustó, de que el equipó fue más ordenado, de que con el ingreso de Duván Zapata con dos puntas adelante el equipo ganó en espacios y causó nuevas y mayores preocupaciones a los japoneses.
Colombia hizo lento el juego, aseguró el pase a cambio del vértigo, prefirió la seguridad de la tenencia de la pelota a la aceleración vertical y la sorpresa. Con el juego más lento, con la pelota en su poder, el equipo fue más dominante. No es una paradoja. Es una realidad: a menos velocidad, Colombia tuvo más seguridad, claridad y tranquilidad. Se quitó las angustias, alejó la imprecisión y al quitarles la rapidez a los japoneses con un juego de pases sosegados y de pie a pie, Colombia se hizo a la tenencia de la pelota y al manejo el partido. Con la vieja idea de Francisco Maturana, con la pelota se evitó que Japón atacara. ¿Si no la tiene, pues cómo? Y, después, con ella se intentó crear las opciones. En la velocidad, en la menor velocidad, para ser exactos, la ‘vieja-nueva’ Colombia logró el triunfo.
Con menor velocidad, Colombia llegó más lejos. Así es el fútbol. Como en el refrán: Colombia jugó despacio porque tenía prisa.
Existe la idea de que la velocidad inglesa, la velocidad europea de la Champions es la utopía del buen juego. La lentitud, la seguridad de pase, el quitarle la velocidad a Japón esta vez fue la piedra fundamental para la reacción de Colombia y lograr la primera victoria de la era Queiroz.
La razón del triunfo sobre Japón más que táctica fue estratégica: despacio que llevamos prisa.
Meluk le cuenta…
GABRIEL MELUK
Editor de Deportes
En Twitter: @MelukLeCuenta
Gabriel Meluk
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