Luis Suárez, el delantero uruguayo al servicio del Barcelona, fue el protagonista de una jugada descalificadora en el Mundial de Brasil 2014. El 24 de junio, en el estadio de Natal, el juego entre ’charrúas’ e italianos estaba 0-0.
Faltaban 10 minutos para el final y Suárez, en el área de Italia, impotente frente al empate, mordió en el hombro al defensa Giorgio Chiellini, jugada que en principio no parecía tan delicada, pero en la repetición sí se evidenció lo que pasó.
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Chiellini respondió la agresión con un codazo, pero el árbitro del compromiso, el mexicano Marco Rodríguez, ni se inmutó, no expulsó a los dos jugadores y un minuto después de la reanudación del partido, Uruguay anotó el 0-1 y sacó del Mundial a los italianos, que eran favoritos.
Era la tercera vez que Suárez hacía lo mismo. Ya había protagonizado el hecho con el holandés Bakkal, en un PSV-Ajax. Otra víctima fue Branislav Ivanovic, defensa del Chelsea, cuando Suárez estaba en el Liverpool.
“Faltaban 10 minutos, teníamos que ganar, con el empate clasificaban ellos y Luis lo que hizo fue sacar del partido a Chiellini. Casualidad o no, en el siguiente córner, Chiellini perdió la marca de Godín, gol y clasificamos. Le ganó el gol psicológico a Chiellini”, contó el jugador de Uruguay, Diego Godín.
Si bien el juez no hizo nada, la Fifa sí le impuso una sanción a Suárez de nueve partidos y cuatro meses, obligándolo a salir del Mundial.
Tiempo después, Chielini declaró que había perdonado a su contrincante por lo que hizo.
“No ha pasado nada raro ese día. Yo marqué a Edinson Cavani en la mayoría del encuentro, otro delantero difícil de gestionar, y luego, de repente, noté que Suárez me mordió un hombro. Es algo que pasó, es su manera de actuar con los rivales y, si puedo decirlo, también es el mío”, dijo el defensa de Italia.
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“Somos parecidos. Me gusta enfrentar los partidos con esa actitud. Admiro su carácter, si lo perdiera se convertiría en un delantero normal. La malicia forma parte del futbol”, agregó.
“Tras un par de días hablamos por teléfono y no era necesario que me pidiera disculpas. Yo también en el campo soy un gran 'hijo de ...' y estoy orgulloso de eso. Mi malicia forma parte del fútbol, ni siquiera las considero cosas incorrectas. Hay que ser espabilados y yo siempre admiré a Suárez", escribió el defensa.
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