Luis Fernando Suárez ya deja atrás el repechaje, el primer contacto con Catar y la ruidosa celebración del pueblo de Costa Rica por la clasificación al Mundial. Va por su tercera Copa del Mundo, tras haber dirigido a Ecuador en 2006 y a Honduras en 2014. Y cree que las cosas deben y tienen que ser diferentes a sus dos experiencias anteriores.
“Cuando llegué acá me contaron que el martes fue una locura, una alegría extrema, la gente muy contenta. A veces uno valora las cosas mucho más cuando se dan de una manera tan complicada”, le contó Suárez a EL TIEMPO.
En las primeras siete fechas, Costa Rica solo tenía seis puntos. ¿Cómo enderezan el camino?
Hay situaciones en las que se deben tomar decisiones drásticas. Una decisión era que el cuerpo técnico se fuera; otra, que hubiese un apoyo, como en efecto ocurrió por parte de la Federación. Hicieron un montón de sacrificios. Se paró el torneo varias veces, empezamos a hacer trabajos como si fuésemos un club, con microciclos de trabajo que fueron muy buenos, y luego, tomar la decisión de hacer una transición exprés, llamar a unos jugadores que no tenían mucha experiencia y que creíamos que podían responder. Afortunadamente lo hicieron.
(Lea también: Luis Díaz desata locura: hace un gol y hay invasión en la cancha, video)
Usted traía una base de los mundiales pasados y le fue incluyendo piezas. ¿Cómo logró juntarlas?
Hacer transiciones es una cosa, cambiar todo de un plumazo es totalmente contraproducente. Lo importante es que los más grandes, Keylor Navas, Celso Borges, Bryan Ruiz, el mismo Joel Campbell, que ya tiene un montón de partidos encima, se apersonaron de esto. Cuando llamamos a estos muchachos hubo una buena sinergia. Hubo un muchacho de 17 años, uno de 20, un promedio bajísimo. Ellos se metieron en el cuento y se dio algo interesante: los grandes únicamente querían enseñar y los pequeños querían aprender.

Luis Fernando Suárez (izq.) celebra con Keylor Navas (der.).
Alberto Estévez. Efe
¿Qué aprendieron de jugar en Catar, pensando en lo que viene en el Mundial?
Yo tenía muchas preguntas respecto a de qué manera se podía hacer, la organización fue muy buena. La temperatura en el día era de 42, 43 grados, pero no tuvimos problema con eso. Las canchas donde entrenamos, el estadio donde jugamos, todo está muy bien organizado. Tienen el suficiente dinero para hacerlo. Hoy Doha está en un proceso de reconstrucción, haciendo un montón de cosas para hacer el Mundial de la mejor manera.
¿Qué puede aplicar de sus experiencias en los dos mundiales anteriores?
Si estoy repitiendo una historia que viví con Ecuador o que viví con Honduras, algo malo estoy haciendo. Sería una señal de que no están bien las cosas. Es una experiencia diferente. Hay una cosa que sí es común, que quiero estar nuevamente en un Mundial, pero son tres países totalmente diferentes y hay tres técnicos diferentes: el Suárez de Ecuador es uno, el Suárez de Honduras es otro y espero que el Suárez de Catar sea muchísimo mejor.
¿Cómo es ese componente colombiano que tiene en su cuerpo técnico?
Si hay alguna virtud que tengo como entrenador, es saber elegir los compañeros. Mi asistente, Jhon Bodmer, es muy inquieto. Lo conocí cuando yo dirigía en Equidad, nos enfrentamos en un amistoso. Me pareció muy importante su discurso, cómo lo hacía. Luego tuvimos una conversación y me parece una persona importante para el futuro de Colombia. Con Felipe Camacho, el psicólogo, sí trabajamos hace siete, ocho años. Es una manera diferente de agregarle algo al entrenamiento del fútbol. Tiene carisma y los jugadores le copian. Y el tercero es Iván Niño, a quien conocí ahora que estuve en Bucaramanga. Tiene 29 años y es una esponja, lo que quiere es aprender.
(Además: Mundial 2026: ¿cómo se reparten los cupos para poder clasificar?)
"Si estoy repitiendo una historia que viví con Ecuador o que viví con Honduras, algo malo estoy haciendo. Sería una señal de que no están bien las cosas".
¿Ya analizó el grupo del Mundial, con España, Alemania y Japón?
Todavía no, te soy sincero. Lo único que hice cuando clasificamos al repechaje fue mirar, mirar y mirar cosas de Nueva Zelanda. Ya es mi obligación mirar cada una de las cosas. No estoy descubriendo nada: enfrentaremos a dos equipos que han quedado campeones del mundo, que tienen muchísima capacidad, y a un equipo ágil y disciplinado como Japón, que también hay que cuidar. Hay que mirar todo, pero lo que más tengo que cuidar es nuestro equipo. Clasificamos bien, justamente, pero soy consciente de que tenemos mucho que mejorar.
Usted estuvo cerca de llegar a la Selección Colombia en el 2000, cuando se fue Javier Álvarez. ¿Por qué no aceptó en ese momento?
En ese momento creía, y todavía lo creo, que estaba demasiado crudo. Estaba completamente seguro de que me iba a ir muy mal porque no tenía la capacidad como para dirigir a la Selección y eso fue lo que le dije a la gente de la Federación.
(En otras noticias: Marcelo Vieira: el bello significado de su tatuaje de Volkswagen escarabajo)
¿Aspira en algún momento a llegar a la Selección Colombia?
La verdad, no ha habido una situación parecida a la de ese momento, donde había un deseo de la gente de la Federación y una posibilidad mía. He estado trabajando mucho por fuera y me ha ido bien. Entonces, en este momento, no pienso en eso como lo más importante. Si se da, es porque se tiene que dar. Ahora es mucho más difícil que antes, estoy embebido en lo que es Costa Rica, Colombia tiene su técnico por cuatro años y mientras más tiempo pase, pues menos posibilidad de hacerlo. Lo más importante es que, con lo que he vivido, he estado tranquilo y he representado a Colombia.
José Orlando Ascenciio
Subeditor de Deportes
@josasc