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El amargo debut de la Selección Colombia en el Mundial de Francia 1998
Selección Colombia

Selección Colombia en el Mundial de Francia 1998.

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El amargo debut de la Selección Colombia en el Mundial de Francia 1998

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Reviva la crónica de ese encuentro en el que se perdió con Rumania.

Quiso Gustavo Moreno Jaramillo decirle algunas palabras de consuelo. Faryd agitó su mano izquierda y se perdió en la tristeza que les esperaba a todos allá en el camerino del estadio Gerland.

Colombia perdió 1-0 con Rumania y está a un paso de irse del Mundial. Había comenzado la jornada con fiesta. Hinchas de amarillo, azul y rojo en la Plaza de la República. Ayer sería el día. Buen ambiente y optimismo.

Luego el estadio. Muchos colombianos allí. Pancartas saludando a Andrés Pastrana, al fallecido Andrés Escobar. La voz de Carlos Vives por los parlantes de vatiaje infinito.

Las cinco de la tarde. Los rumanos ya peloteaban en la cancha. Salió el suplente Hámilton Ricard, y hubo aplauso. Luego Valderrama. Atronador griterío y desfile de banderas. Los demás también recibieron el calor del público. Habían entrado para romper el temor del debut, para familiarizarse con los agentes externos.

Calentamiento y de nuevo al camerino. Unos minutos de espera y ahí sí saltó el equipo luciendo un azul oscuro. Al partido. Toc, toc, toc, se escuchaba con claridad.

Selección Colombia

Selección Colombia en el Mundial de Francia 1998.

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Era Colombia la que tocaba. Santa a Serna y después a Lozano y luego Valderrama. Y no avanzaban. Toc, toc, toc, se oía en el apagado estadio.

Pensaron que así sería. Que Rumania entraría en el tedio propuesto. Pues no. Apretaron. Subieron a sus volantes y a la defensa. No más toc, toc, toc.

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Colombia veía a los rumanos. Balón al área de Faryd a media altura. Bermúdez cortó en distancia. Adrian Ilie, solo 19 veces internacional, se acercó a la línea, lanzó el centro. Viorel Moldovan, el otro delantero, quiso cabecear. Pero el balón siguió de largo. Susto. El primero.

Tenía la pelota Rumania, y Colombia en su lentitud. Distinta a Chile, que salió a pelear arriba con Italia; diferente de Paraguay, recio contra Bulgaria; diferente de México, que peleó a brazo partido y triunfó lejos sobre Corea. Así no nos quieren en Francia. Exigen velocidad y ganas.

Toc, toc, toc, pero solo a veces. Rumania ordenaba y ponía las reglas. Ilie, de quien más adelante tendríamos malas noticias, entró por izquierda, libre, sin marca. Fusiló a Faryd, que desvió con su mano derecha. Volvió el balón a un rumano, Moldovan, el número 9. Pateó al otro ángulo, y Faryd sacó. Minuto 15 decía el reloj de puntos rojos y fondo negro.

Colombia esperaba. Cinco volantes. Rincón, marcando a Hagi, para que éste no levantara desde la derecha. Lozano, apretando y Serna en lo mismo, pero mal en la entrega. La defensa en línea. Y arriba Asprilla, peleando con cuatro. Valderrama se notaba por su cabellera.

Faustino Asprilla

Faustino Asprilla durante el partido contra Rumania.

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Archivo EL TIEMPO

Letargo Ya ni toc, toc, toc. Ilie, a este hombre no lo vamos a olvidar, disparó tras una duda de Cabrera. Faryd salvó otra vez.

Partido de letargo. Rumania forzaba con cautela. De pronto, toc, toc, toc. Valderrama tocó a Asprilla. Tacón del negro. Bola a Rincón. Un tirito de pierna izquierda y desviado. La primera llegada de Colombia, a los 24 minutos.

Cinco volantes para hacerse a la pelota. Sin embargo, Hagi soltaría un disparo que detuvo Faryd. A veces el toquecito lateral, que con frecuencia terminaba en los pies de Santa. Y ahí se perdía el control.

Un disparo de Aristizábal, su único aporte, fue a las manos del gigantón y frío Stelea. Parecía que el asunto se iba en ceros y que Colombia lograba un excelente negocio. Cero a cero, con cuatro llegadas claras de Rumania. No sonaba mal.

Minuto 45. Hagi, otra vez Hagi, estaba de espaldas al arco y por el sector derecho del rival. Bermúdez salió a neutralizarlo. El rumano taconeó al vacío. Cabrera no atinó, sí Ilie, el 11. Palacios se lanzó en una plancha tan larga como estéril. Illie con el borde externo de su guayo derecho subió la pelota. Faryd no alcanzó. Ni Dios sacaba ese balón.

Y así al descanso. Aristizábal al banco. Valencia a hacerle compañía al solitario Asprilla. Colombia, algo más agresiva. Con las líneas adelante y en plan de empatar.

Volvió el toc, toc, toc. Pero Asprilla naufragaba con la marca de Lulian Filipescu. Lozano y Serna resultaban más dueños del medio. Rumania sin la presencia de la primera parte.

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Empujaba Colombia. Sin convicción, sin sangre caliente, como si las camisetas estuviesen hechas de hielo. La sangre no hervía.

Pese a ello, a los 10 minutos, Valderrama dejó a Santa en posición de gol. El lateral penetró al área rival, lanzó un centro pasado. Asprilla buscó a Valencia, que bajó de pecho y cayó al piso. Reclamó penal. Jueguen , dijo el árbitro mauritano Lim Kee Chong.

Selección ColombiaSelección Colombia.

Lozano, con personalidad, avanzó por el centro. Eludió a dos rivales, tocó a Rincón. Péguele, Rincón , dijeron en la tribuna. Péguele, negro . Y le dio, rasante, con fuerza. Tampoco.

Faltaba más. Sí se puede, sí se puede , gritaba la hinchada de Colombia. Se sacudió Valencia. Tres defensas cuidando. Asprilla lo acompañaba. Valencia disparó y Stelea retuvo con esfuerzo. Bola de nadie, y era el minuto 16.

Sí se puede, sí se puede , los gritos continuaban. Y corría el endiablado reloj hacia su destino final. Serna, que mejoró, cobró un tiro de costado. Racimo de hombres en el área y el cabezazo de Lozano. Huuuuy , largo y sostenido de la tribuna.

Dominaba Colombia. Lo hacía a su ritmo lento, sin alegría. Valderrama no pasaba como acostumbra. Rincón y Asprilla discutían sus errores, mientras la bola era de los rivales.

Anghel Iordanescu puso a descansar a Gabriel Popescu. Ovidiu Stinga, 19 a la espalda, lo reemplazó. Y en escasos segundos ya había lanzado rasante al arco de Faryd.

Había dominio de la gente de Bolillo . De a poquitos se acercaba al área rumana. Pero Asprilla no descifraba a Filipescu. Cambió al sector izquierdo, ejecutó una maniobra larga de gambetas y frenadas, centró y Valencia taconeó suavecito. Tampoco.

Hubo tenues intentos de Valencia, salidas insulsas por la derecha, inútiles por la izquierda. Toc, toc, toc, lateral y a menos uno por hora. No había sorpresa.

Aguantaba Rumania, que sacó a Hagi y envió a Lucian Marinescu. Preciado, Preciado , pidió la tribuna. Quieto el banco. Más toque, menos llegadas. El reloj galopando. Preciado calentó. Aclamación en la tribuna, pero se hacía tarde.

Preciado entró a los 38 minutos. Un frustrado Asprilla abandonó el terreno. Dos centros y unas cabriolas, había sido su balance.

No ocurrió más nada. Instantes finales de un juego aburrido y frío. El juez ordenó el fin. En su debut, Colombia había caído. En un Mundial donde la mayoría juega a velocidad de Ferrari, la gente de Gómez parecía subida en un Renault 4 transitando por el carril de velocidad de una concurrida autopista francesa.

No nos quieren en Francia, pues aquí exigen dos cláusulas: velocidad y ataque. Tal vez por eso lloró Faryd.

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