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Fútbol Internacional

Con gol de Falcao García, Mónaco venció 3-1 al Borussia

Falcao García celebra el gol que marcó con el Mónaco.

Falcao García celebra el gol que marcó con el Mónaco.

Foto:Eric Gaillard Livepic / REUTERS

El 'Tigre' va a jugar su primera semifinal en la Liga de Campeones.

Falcao no parece tener gol feo. Sus anotaciones siempre tienen alta dosis de complejidad, de belleza. Esta vez se arrojó casi en ‘palomita’ y metió un cabezazo que hizo picar la pelota en el pasto antes de que el arquero llegara a ella. Falcao una vez más se hizo presente con un golazo para que el Mónaco siguiera dando pasos agigantados. Venció 3-1 a Borussia Dortmund y es finalista de la Liga de Campeones. Falcao estará ahí con su confianza recuperada, y, ojalá, con sus goles. Con sus golazos.
Mónaco ya había hecho gran parte de la tarea en Alemania. Allá fue y ganó 2-3 al Borussia Dortmund. Regresó al Principado con un botín enorme, a un paso de la semifinal. Se trataba ahora de tener paciencia, calma, de no desesperar, de dejar que el rival asumiera la angustia de la desventaja. Pero Mónaco no es de esos. Arrancó el partido como si fuera abajo en la serie, como si no quisiera invocar gestas alemanas, como si no quisiera correr riesgos. A los tres minutos ya ganaba 1-0.
Fue el francés Mbappé el encargado de despejar cualquier duda. Ya su compañero Mendy le había quemado las manos al portero con un remate. A él le quedó el rebote y remató a un palo, con toda la calma del mundo, con la serenidad de los curtidos goleadores, y solo tiene 18 años. Tres minutos y el Mónaco ya estaba saboreando la semifinal.
No quedaron saciados con eso. Estaban en casa. Con su público. Y con Falcao en el ataque. A los 17 minutos fue su turno. La jugada la saben de memoria. Saben que con Falcao en el área basta con ponerle un centro decente para que él invente un salto, un desmarque apropiado, un remate inatajable.
Lerma fue quien lo vio moviéndose en el área entre los zagueros y le tiró la pelota para que el ‘Tigre’ se lanzara al encuentro de su presa y cabeceara abajo. El arquero se tiró con todo el esfuerzo que pudo para intentar atajar la pelota, pero esta picó en el césped para hacerle aún más difícil la tarea. Fue el 2-0.
Falcao se levantó con la alegría del gol, del deber cumplido, de aumentar la ventaja y de palpitar la llegada de su equipo a la semifinal de la Champions. Además, llegó a cinco anotaciones en esta edición. En la Liga francesa hizo el fin de semana un golazo de tiro libre. Lleva 18 allí. Está imparable.
Borussia Dortmund no es que haya sido un rival inofensivo. Tuvo sus intentos, aunque algo erráticos. Alcanzó a asustar en un tiro libre que cobró Sahin, cuando el partido estaba 1-0, y la pelota fue directo al palo.
Los alemanes tuvieron más fortuna arrancando el segundo tiempo, cuando Dembéle hizo su expedición por la zona izquierda del Mónaco, llegó hasta el final de la cancha y metió el pase atrás para que Reus anotara. Fue el 2-1. Quedaba mucho tiempo.
Sin embargo, no fue un gol que pusiera en aprietos al Mónaco. Pero por si las dudas, fue a buscar el tercer tanto. Metió peligro en cada contragolpe que hizo. Falcao, que tuvo mucho sacrificio y se le vio por toda la cancha, tuvo un par de cabezazos errados. Pudo incluso hacer otro golazo que inexplicablemente falló.
La jugada fue uno de esos pases que también le gustan al colombiano, de esos que lo dejan solo para que encare hacia el arco e invente una genialidad. Lo hizo. Cuando enganchó el balón y vio pasar a su oponente, quedó de frente, con el perfil zurdo. Muchas veces ha definido así, ha anotado goles memorables, de los más bonitos, dejando al rival en el camino y cambiando de pierna. Optó por variar: definió con la pierna derecha y el balón pasó por encima del travesaño.
Falcao se marchó al minuto 67 en medio de los calurosos aplausos. Se fue con la frente en alto, sonriente. Satisfecho. Cuando volvió al Mónaco, después de su amargo periplo por Inglaterra, quizá no se pensaba que fuera la decisión correcta, pero Falcao regresó con el evidente deseo de revancha en su carrera, y hoy está en semifinales de Champions por primera vez, y muy cerca de jugar final.
Mónaco atraviesa un presente extraordinario. Quien piense que es el equipo más débil de las semifinales se puede llevar una enorme sorpresa. Tiene jugadores en excelente nivel, además de goleadores. Después de la salida de Falcao –reemplazado por Dirar– entró Germain, otro que no perdona, y anotó el tercero, el definitivo, el que liquidó el partido.
El Mónaco ya había dado un anuncio imponente en Europa al eliminar al Manchester City en octavos. Ahora deja al Dortmund en el camino. Llega a la semifinal con paso desafiante. Y con un Falcao García resurgido, con su confianza recuperada, con sus remates afinados y con golazos.
PABLO ROMERO
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter: @PabloRomeroET
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