La Segunda Guerra Mundial dejó muchas consecuencias, entre ellas, la división de Alemania. Ese panorama político, que se mantuvo hasta la caída del Muro de Berlín y la reunificación de ese país, en 1990, dejó una de las curiosidades más grandes de la Copa Mundial de la Fifa.
Alemania Occidental (o República Federal de Alemania, RFA) fue la sede del Mundial de 1974. Lo que no se esperaba era que la otra Alemania, la Democrática (RDA), clasificara, por primera y única vez en su historia, a la fase final del torneo. Y menos, que quedara en el grupo del país anfitrión.
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Para cuando se enfrentaron las dos Alemanias en la fase de grupos, el 22 de junio de 1974, los dos equipos estaban ya clasificados para la segunda fase, por encima de Australia y Chile. Pero lo que sí estaba en juego era el primer lugar del Grupo A. La sede del partido fue el Volksparkstadion de Hamburgo.
El ambiente no era fácil. Apenas unos 1.500 espectadores procedentes de la República Democrática Alemana pudieron entrar a ver el partido. Y entre los jugadores de ambos equipos también hubo tensión.
Lo más sorprendente de todo fue el resultado final del partido: victoria para la Alemania “visitante”, 1-0, con gol de Jürgen Sparwasser, un jugador de 26 años que, además, era ingeniero mecánico. Fue el más importante de los 15 tantos que anotó con la Selección de la RDA, en 53 partidos jugados.
“Si en mi lápida escriben sólo ‘Hamburgo 74’, la gente sabrá quién yace allí debajo”, declaró Sparwasser sobre su logro.
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Alemania Democrática, como primera del grupo, curiosamente tuvo una segunda fase mucho más dura que su hermana, la Federal. Tuvo que enfrentar a Holanda, Brasil y Argentina, y quedó eliminada. En cambio, la RFA dejó atrás a Yugoslavia, Polonia y Suecia para llegar a la final, en la que derrotó a la ‘Naranja Mecánica’.
Los alemanes del oeste reconocieron la importancia de ese partido, pese a la derrota. “El gol de Sparwasser nos despertó. Sin él nunca habríamos ganado aquel Mundial”, dijo Franz Beckenbauer, capitán del equipo de la RFA.
Tan pesado fue el ambiente que los jugadores no se atrevieron a pedirles las camisetas a los rivales. Solo uno, Paul Breitner, de la RFA, lo hizo, al autor del gol, y en el túnel camino a los vestuarios.
Alemania Democrática nunca volvió a participar en un Mundial. La Federal llegó a la final en 1982, 1986 y 1990, año en el que terminó celebrando la reunificación con un título mundial.
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