En estos días de cuidado y aislamiento por la pandemia del nuevo coronavirus, en las redes sociales se puso a rodar una imagen y un mensaje que se volvieron muy populares. La imagen es de dos futbolistas que disputan el balón pie
a pie. Y el texto que ancla el sentido dice: “Si te dicen que no salgas, ¡no salgas!”.
Muchos han compartido el mensaje en el que se ve al delantero de Camerún Roger Milla, cuando está a punto de arrebatarle el balón a René Higuita, que, con un buzo gris, defendía el arco de la Selección Colombia, paradójicamente lejos, muy lejos de allí.
Un mensaje que el propio Higuita, con buen humor al referirse a sí mismo desde la distancia que dan los años y con sentido social, comentó:
Hoy me han mandado mucho esta imagen ....,si está foto sirve para tomar CONCIENCIA también la voy a utilizar ... primero la salud , si puedes hacer tus cosas desde casa no salgas .... pic.twitter.com/j6rvTIRcEg
— Rene Higuita (@higuitarene) March 19, 2020
“El que lo entendió, lo entendió”, comentó un navegante en Twitter. Quizá, algunas personas de las nuevas generaciones, incluso siendo fanáticas del fútbol, no sepan que hace casi ya 30 años, el sábado 23 de junio de 1990, Colombia y Camerún se enfrentaron en Nápoles, en juego de los octavos de final del Mundial de fútbol que se disputó en Italia.
Higuita era el portero de aquella selección revelación –y sensación– que dirigió Francisco Maturana y que partió en dos la historia del fútbol colombiano, al clasificar por segunda vez a un mundial, luego de 38 años y seis intentos fallidos. Le decían el Loco porque rompió las cadenas que lo ataban al arco y libre, porque eso era, un arquero libre, un arquero líbero, salía de su área, jugaba al balompié con los pies y hacía gambetas rompiendo las fronteras de la cancha y pateaba tiros libres y penaltis y hacía goles.
Era el minuto 108 del tiempo extra, al que se llegó luego del 0-0 en el tiempo reglamentario. Colombia ya perdía 1-0 e intentaba conseguir el gol del empate. Higuita, como lo hacía siempre para animar a la ofensiva del equipo, salió de su área con la pelota en el pie. Por todo el centro del campo y a 30 metros del arco, lejos, muy lejos de la portería, le dio un pase a Luis Carlos Perea, que estaba a su derecha.
Como un león tras la presa, Milla olfateó la pelota y giró en busca de Perea, que, quizás asustado, le devolvió la bola de inmediato a Higuita, quien ya daba un paso en dirección de regreso a la portería. Por salir de un lío, Perea metió en otro inmenso al arquero desatado, pues Milla, que tenía 38 años, fue por él como lo que era: una fiera hambrienta de gol.
Higuita, afanado por el balón devuelto y a la deriva en la mitad del océano verde de la cancha, lo pisó e intentó girar con una gambeta, pero el guayo de Milla mordió el cuello de la pelota y se la llevó solitario rumbo al arco mientras el joven ciervo suelto de 24 años corría desde atrás e intentaba derribarlo con una patada para cometer la falta desesperada.
Un esfuerzo inútil. Milla marcó el gol definitivo, el de la victoria final 2-1, que pese al descuento posterior conseguido por Bernardo Redín sobre el límite del tiempo, significó la eliminación de Colombia en la segunda ronda del Mundial.
Los críticos de Higuita, uno de los próceres del fútbol colombiano y leyenda viva de nuestro deporte, calificaron su estilo como irresponsable y tildaron muchas veces sus jugadas de payasadas. Para los colombianos, era un adelantado: un verdadero portero adelantado.
Dos años después, en 1992, la International Board introdujo una modificación a las reglas del fútbol: el arquero no podía tomar el balón con las manos si era devuelto por un compañero. La idea era hacer el fútbol más ofensivo, tras los esquemas cerrados y defensivos del Mundial de Italia.
Por esa época, un integrante de una comisión de la Fifa me contó, con un tufillo xenófobo, que para ese cambio había tenido en cuenta, entre otros factores, el estilo de Higuita. Palabras más, palabras menos, lo que me dijo de manera coloquial fue: “Un argumento fue que si lo hacía un ‘sudaca’, un arquero de un país sin mayor tradición en el fútbol mundial como Higuita, pues ¿cómo no iba a poder hacerlo un portero Europeo”.
¿Ya todos entendieron…? “Si te dicen que no salgas, ¡no salgas!”.
#MeQuedoEnCasa en esta época de pandemia y aislamiento por esta peste del covid-19.
Gabriel Meluk
Editor de Deportes
@MelukLeCuenta
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