Solo el encanto del arco cerrado para los atacantes de la Selección Colombia podía acabarse con el accionar de un mago. Y ese único mago del fútbol colombiano actual, llamado Luis Díaz, abrió el marcador y fue el conductor, en Barranquilla, del triunfo 3-0 sobre Bolivia, que deja ahora, tras los resultados de la penúltima jornada de las eliminatorias mundiales, a los nuestros con la posibilidad de llegar a Catar por la ruta de repechaje. Un camino difícil, pero aún hay esperanza.
En el arco sur del estadio metropolitano Roberto Meléndez, un escenario que conoce a la perfección, porque en él se hizo profesional con el Junior de Barranquilla, el mago nacido en La Guajira terminó con la sequía de 684 minutos sin gol de la Selección en las eliminatorias al mundial (una racha adversa que data del 9 de septiembre del año pasado, en el 3-1 en el mismo escenario ante Chile, en que él anotó el tercero.

Cristian Álvarez, FCF
Ocurrió al minuto 39. La pelota fue lanzada larga por Juan Guillermo Cuadrado,desde el centro hacia el costado izquierdo, donde estaba el mago. Y este hizo, obvio, magia, como la hace en el Liverpool, el club inglés en que aterrizó este año.
Dominó la pelota y, frente a la marca del adversario, enganchó hacia afuera y, antes de que llegar el segundo defensa a cerrar el paso, ensayó un remate aéreo al segundo palo que venció al arquero boliviano Rubén Cordano. ¡Gol! ¡Sí, gol después del ayuno de 684 minutos, que motivó incluso al entrenador Reinaldo Rueda a persignarse por este hecho que ya estaba prácticamente olvidado!
El 1-0 despertó a la afición que estaba opacada aún en la antesala del Carnaval de Barranquilla y al mismo equipo, que si bien dominaba en términos generales, tenía el problema de los mismos últimos partidos: no definir las opciones.
Y eso que este era un equipo más ofensivo, con solo un volante de marca –otro que conoce al estadio a la perfección porque nació en la ciudad–, Gustavo Cuéllar, decisión, con valentía en esta ocasión, que asumió el técnico Rueda al enfrentar a una selección débil y sin sus mejores jugadores élite como la de Bolivia.
Un segundo gol pudo llegar un minuto después. El cabezazo del lateral derecho Daniel Muñoz, subido al ataque, se estrelló en el travesaño.
Colombia mostró mayor peso, cuando se asoció, con Díaz, Cuadrado y James, pero se confundió cuando intentó juntarse por el centro, justo la zona en que la visita se concentraba, echado atrás. Sin embargo, al término del primer tiempo se fue al descanso con la ventaja por la mínima diferencia y la confianza recuperada de que podía anotar más. Y con el mago en la cancha faltaba más. Y hubo más.
Ocurrió en su mejor muestra a los 26 minutos. Cuadrado lanzó, desde el centro, otro pelotazo a la izquierda al mago. Luis Díaz dominó y, como con la mano, la puso enfrente del arco. Y por los aires, Miguel Ángel, que también conoce el estadio, centímetro a centímetro –es actual jugador del Junior– concretó con golpe de cabeza para el 2-0. Y la tranquilidad de la victoria sin problemas.

Barranquilla, Colombia, 24 de Marzo de 2022. Colombia vs Bolivia por eliminatoria a Qatar 2022.
Vanexa Romero/El Tiempo
El técnico Rueda, que ya había perdido a Cuadrado para el partido del martes contra Venezuela al recibir amonestación, decidió que no valía la pena más arriesgar al mago. Este había hecho su trabajo y había que cuidarlo para la disputa de posibilidad de repechaje frente a esa Venezuela, colera y dirigida por el exseleccionador de Colombia José Néstor Pékerman. Y sacó, al minuto 37, a Luis Díaz, ingresando Lerma.
Entonces el estadio rugió, como en aquellas tardes glorias del guajiro con el Junior antes de partir a Europa a triunfar, al grito de ‘¡olé, olé, olé, olé...Lucho... Lucho...!’, que debió escucharse en todo el país. Y vino, ya en el remate, con el contagio de triunfalismo y optimismo generado por el mago, el tercero de la noche. El cobro desde la izquierda de tiro libre, el remate que pega en el arco y la aparición de Matheus Uribe para anidar la pelota en el fondo de la red.
Todo estaba listo en la victoria colombiana, que era necesaria hace rato, que se había olvidado, incluso en su antes dura plaza de Barranquilla, y que llegó tarde para pensar en clasificación directa y nos deja ahora solo la posibilidad del repechaje, difícil pero una esperanza latente.
ESTEWIL QUESADA
Editor Caribe EL TIEMPO
@EstewilQ