Lionel Messi ya tomó una decisión y ya la comunicó, se queda en el Barcelona. ¿Qué va a pasar ahora? ¿Qué se espera de su futuro? Sus palabras, en la entrevista en la que dio sus razones, deja muchas conclusiones.
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1. Jugar donde no quiere: no basta con ser el mejor futbolista del mundo, Messi no se pudo ir como era su deseo. Ahora tendrá que enfrentar el desafío mayúsculo de jugar donde no quería estar más. Messi, es sabido, quería un nuevo desafío, probar un nuevo horizonte. No pudo en este momento. Entonces, por más amor y agradecimiento que le tenga al Barcelona, jugará esta temporada en un club donde ya no se siente tan cómodo, donde discrepa de manejos, decisiones y formas. Donde le negaron su partida. Messi quedó entre la resignación y el malestar. Y así encarará la temporada.
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2. Proyecto deportivo: no es solo que Messi estuviera aburrido en el club, es que siente, y lo ha dicho, que el proyecto deportivo no está bien encaminado, no ahora, sino hace rato. Barcelona dejó de ser el amo de Europa, le tocó ver por TV las últimas finales de la Champions, con decisiones deportivas que han incomodado a Messi, como la salida del técnico Valverde, en su momento, o la llegada de Setién. Ahora llega Koeman, el hombre designado para sacar al equipo de su crisis, y en sus primeras decisiones el DT empezó a prescindir de varios socios de Messi, como Luis Suárez o Vidal. La expectativa ahora es en el cómo van a rodear al astro argentino para que se sienta cómodo, para que se convenza del proyecto y para que el Barcelona pueda recuperar su dominio europeo y en la liga.

Messi y Bartomeu, el día en que el astro renovó contrato con el Barcelona, en 2014.
AFP
3. Relación con el presidente: para colmo, Messi tiene la dificultad de quedarse en un club donde su relación con el presidente, es decir con la cabeza de la institución, está rota. Y está rota porque Messi se sintió de alguna manera ignorado, manoseado, utilizado. En su entrevista, Messi tiró todos los dardos contra Bartomeu, lo atacó por no dejarlo marchar y por emprender la posibilidad de una disputa jurídica a la que Messi no quiso llegar. Ahora la gran incógnita es si el presidente se marchará ante la presión que ahora tienen en su espalda.
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4. La presión del triunfo: al quedarse, Messi asume una responsabilidad aún mayor que la que ya tenía por ser el mejor futbolista del momento. Como siempre, el club y la afición y la prensa esperarán que Messi guíe al equipo a conquistar la Champions y la Liga y todo lo que el Barcelona juegue, pero luego de este episodio, la presión aumenta para Messi, que si falla recibirá toda el agua sucia, seguramente le dirán que no quiso, que no dio todo de sí, así lo haya dado. Porque es el símbolo que representa los éxitos y los fracasos del Barcelona. Messi no se queda para jugar, se queda para ganar, porque es su instinto, pero la presión aumentará, y más después de la debacle que tuvo el equipo en la última temporada.

Hinchas de Lionel Messi se lamentan por no verlo en las pruebas.
EFE
5. Relación con la afición: así Messi sea amado en el Barcelona, este episodio pudo generar malestar en parte de la afición que se sintió agredida y ofendida por la decisión de Messi de querer marcharse. Hubo reacciones en contra del jugador, señalamientos, críticas feroces, y más con su cambio de opinión, pero seguramente Messi es más importante que todo eso. La afición le suplicaba que se quedara y finalmente se queda, pero queda un sabor amargo en la tribuna, que en todo caso sabe que Messi se queda un tanto obligado y que piensa irse en 2021. Messi necesita ahora reencontrarse con sus seguidores, necesita unidad en las gradas en torno a su presencia.
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