El penoso hecho se dio después de 10 minutos de arrancar el partido. Un hincha, aparentemente del Birmingham, tradicional rival de Aston Villa, aprovechó para golpear al 10 del equipo contrario, Jack Grealish.
El agresor, quien tumbó al jugador con un golpe de costado, fue detenido instantáneamente por la policía, mientras que los compañeros de Grealish intentaban devolver la agresión al fanático, que será vetado de los estadios por toda su vida.
El golpe, que aturdió a Grealish, fue correspondido de la mejor manera por el jugador: a los 22 minutos del segundo tiempo, el volante aprovechó un pase al borde del área y, después de acercarse un poco al arco de Bimingham, remató cruzado para dejar al arquero sin posibilidades y definir el partido con un gran gol.
El partido concluyó 1-0 y el volante celebró, obviamente, lanzándose hacia su hinchada.
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