A Santa Fe se le acabó el semestre mucho antes de lo que tenía pensado. El martes quedó afuera en la Copa Libertadores y este sábado se despidió de la Liga, al empatar con Alianza Petrolera 1-1. ¿Qué le pasó al actual campeón? Estas son algunas razones que explican su fracaso.
1. Nómina sin peso. Santa Fe falló en la confección de la nómina para encarar un torneo tan importante como la Copa Libertadores. Los refuerzos que llegaron en ataque no trascendieron: ni Damir Ceter, ni José Valencia ni Denis Stracqualursi. Y Johan Arango, el que marcó diferencia, se lesionó (según la versión oficial en medio de especulaciones no esclarecidas) en el tramo más importante. Ninguno fue el goleador que necesitaban. El resto del equipo, en parte el que ganó el título, resultó ser un plantel desgastado. Sin variantes. Mal de laterales, flojo en la defensa, sin un reemplazo para Gómez (Omar Pérez fue tenido en cuenta muy poco). Santa Fe no se reforzó bien.
2. Bajo nivel. Más allá de la evidente fragilidad de la nómina, los jugadores demostraron pasar por un momento de muy bajo nivel. Varios de los que brillaron el año pasado al ganar la estrella cayeron en su rendimiento y no pudieron levantarlo, caso Plata, Roa o Gómez, de los que se esperaba mucho más. Gómez tuvo picos altos, pero no constancia.
3. Tesillo y Gordillo. Suena increíble que la falta de un jugador haya desbaratado tanto el juego de Santa Fe. Cuando se lesionó el zaguero William Tesillo el equipo ya no fue el mismo, perdió su virtud defensiva, que era su fuerte. El DT Costas no encontró la mejor pareja de centrales porque los que tenía se acostumbraron a fallar en cada partido, no brindaron seguridad, al punto que Urrego fue descartado en los últimos juegos por bajo nivel. Para colmo, en este tramo final se lesionó Yeison Gordillo que era el motor del equipo en el medio campo, el que imprimía la dinámica, la presión, la recuperación de la pelota, la agresividad. Hizo mucha falta.
4. La confusión del DT. Santa Fe ganó el título el año pasado jugando con línea de tres en defensa. Se hizo muy sólido con ese sistema. Así ganó también la Superliga en enero. Pero entonces Costas cambió. Fue su apuesta. Creía que tenía los jugadores para jugar con línea de cuatro y así tener más volumen ofensivo. No tuvo ni lo uno ni lo otro. Entonces empezó a cambiar el sistema. Cuando se dio cuenta que no tenía los defensores para armar la línea de tres, se quedó con la tradicional de cuatro hombres y el equipo dejó de ser sólido. Además, Costas apostó por Stracqualurs, lo pidió, se lo trajeron, y se quedó esperándolo. No le respondió. En la cancha el equipo jugaba a una cosa, casi siempre por el centro, y el técnico decía que había preparado otra...
5. Sin jerarquía y sin actitud. Santa Fe es un equipo que por tradición sabe pelear los partidos, lucharlos, correrlos. Es su identidad. Pero este Santa Fe de este año perdió hasta eso. Tanto, que el DT Costas llegó a decir que le faltaba actitud. Fue un equipo que perdió la garra. Un equipo desconocido que no tuvo la jerarquía para resolver partidos que tenía que haber ganado en su casa. En el semestre son contados los buenos partidos que hizo, pero siempre cayó en la irregularidad, en hacer uno muy bueno y dos muy malos...
PABLO ROMERO
Redactor de EL TIEMPO
@PabloRomeroET
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