Aunque los protagonistas de la final del segundo semestre en la B son Deportivo Pereira y Boyacá Chicó, un tercero, Cortuluá, hace fuerza desde afuera. De lo que suceda en estos 180 minutos, los 90 de este viernes en el estadio Hernán Ramírez Villegas y los 90 del próximo martes en Tunja, dependerá el futuro del segundo equipo ascendido.
Pereira ya aseguró su presencia en la A, gracias a la goleada 0-5 frente a Tigres, el sábado. El equipo que dirige Néstor Craviotto ya había ganado el torneo del primer semestre y es el líder de la reclasificación, con 84 puntos. Por mal que le vaya, va a ser segundo en el acumulado del año, y si pierde las dos finales, la del semestre y la del año, igual ascenderá, de acuerdo con el reglamento del torneo.
Pero lo que sí puede cambiar el panorama es si gana la final semestral o no. Si Pereira derrota en esta serie a Chicó, asegurará el título anual y el segundo ascenso se definirá en un repechaje entre los dos equipos con mayor puntaje en la reclasificación: los boyacenses, hoy segundos con 79 unidades, y Cortuluá, terceros con 76.
En cambio, si el campeón semestral es Boyacá Chicó, asegurará su regreso a la máxima categoría después de un año en la B. ¿Por qué? El reglamento dice que el equipo con más puntos en el año que no sea el campeón debe jugar un repechaje contra el perdedor de la final anual. Es decir, si Chicó pierde, pues no puede jugar contra sí mismo...
El desarrollo del torneo de la B se vio empañado por la denuncia de un supuesto amaño del partido en el que Pereira aseguró el ascenso. Según Óscar Ignacio Martán, presidente de Cortuluá, tres jugadores del Pereira habrían contactado al arquero de Tigres, Roameth Romaña, para ofrecerle 100 millones de pesos para él y sus compañeros si se dejaban ganar por cuatro goles. Romaña, a su vez, llamó a jugadores de Cortuluá a decirles sobre el tema y a preguntarles cuánto estaban dispuestos a pagar. Romaña se defendió: dijo que el ofrecimiento de Pereira no existió y que había sido una “chanza”.
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