Ya el fútbol colombiano está acostumbrado ver cómo Fernando Castro gesticula, se mueve en la raya, juega al límite (como la vez que le jaló el pelo a un jugador de River, siendo DT del América), pero, sobre todo, lucha por sus objetivos, así no tenga mucha materia prima. Pero pocas veces se ve al ‘Pecoso’ dejando salir sus emociones, como le sucedió el sábado, una vez hizo el milagro de clasificar al Atlético Bucaramanga a los cuartos de final de la Liga.
El objetivo no era fácil porque además de ganarle al América, tenían que esperar un empate entre Santa Fe y Alianza Petrolera o una derrota de Jaguares en Rionegro. Se dio lo primero: 1-1 en El Campín. Con ese resultado, Bucaramanga le sacó jugo al gol de John Freddy Pérez y se metió en la pelea por la estrella.
Apenas terminó el partido, Charles Figueroa, periodista de El combo de Charles, de 24 Horas Radio, le puso los audífonos al ‘Pecoso’, emocionado, y le preguntó por lo que había logrado, volver a meter a las fases finales a un equipo limitado. El DT empezó a llorar.
“Hubiera querido que estuviera mi mamá viva para que pudiera ver esta satisfacción”, dijo. Adiela, la progenitora del ‘Pecoso’, murió hace 10 años, pero el entrenador la recuerda todos los días.
También a doña Adiela, hace dos años, Castro le pidió que le diera una nueva estrella. Y la logró con el Deportivo Cali, el mismo equipo con el que logró su primer título, en 1996.
Esa corona la logró con una buena base de jóvenes, que ahora quiere armar en el Bucaramanga, un equipo con nómina muy pero muy limitada. De los 25 profesionales inscritos para este semestre, dos se fueron por indisciplina, Nicolás Palacios y Pablo Rojas, que se presentaron alicorados a un entrenamiento después de que el equipo le ganó 0-1 al Medellín como visitante, el pasado 8 de abril.
Tampoco se volvió a tener en cuenta a lateral Carlos Valencia, a quien le dieron permiso para visitar a su familia y no se presentó a prácticas el lunes siguiente.
Darío Rodríguez, el goleador del Bucaramanga el semestre pasado, sufrió una lesión de ligamentos y está por fuera. También está lesionado hace tres meses el zaguero central Diego Peralta. Y Jhon Freddy Pajoy, uno de los pocos delanteros que le quedan en nómina, tuvo un esguince de tobillo en el partido frente al América y está en duda que pueda jugar mañana contra Millonarios. De los 25, le quedan 19. Que en realidad son 18, porque el otro es Javier Orobio, el tercer portero.
‘Pecoso’ ya ha demostrado en otros equipos su capacidad. A Santa Fe le creó una base de jugadores entre 2000 y 2001, y peleó títulos. Con América, en 2003, alcanzó la semifinal de la Libertadores. Y también sabe trabajar con las uñas, como con Quindío, al que metió entre los ocho, o Huila, con el que peleó título.
El equipo sabe que yo creo en ellos, especialmente en los más jóvenes. Tienen fútbol para hacer buenas cosas
“Estoy feliz por conseguir este objetivo con el Bucaramanga, del que se puede decir que es un equipo ‘chico’. Yo vine a trabajar con una ilusión de lograr algo grande con el equipo que me abrió las puertas. Quiero soñar que lo puedo hacer”, agregó.
El camino no es fácil. En el papel, el favorito para avanzar es Millos. Pero ‘Pecoso’ no se rinde.
“Ya estamos entre los ocho, ahora empezamos de cero; ahora vamos a pelear por clasificar a una copa, Suramericana o Libertadores”, dijo, soñando en voz alta...
Redacción deportes
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