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Osorio vs. Pinto, el otro clásico es el de los técnicos
Osorio vs. Pinto

Osorio vs. Pinto

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Osorio vs. Pinto, el otro clásico es el de los técnicos

En el clásico Nacional-Millonarios se enfrentan dos técnicos de mucha experiencia y prestigio.

Juan Carlos Osorio y Jorge Luis Pinto son dos técnicos de muchas credenciales, llenos de experiencia, conocedores del fútbol tradicional y del fútbol moderno, estudiosos, disciplinados, controvertidos, frenteros. Estos dos entrenadores, los de más pergaminos en el actual campeonato colombiano, encarnan una rivalidad de mucho trasegar: son la piel, el pecho, el alma, el corazón y la estrategia de la nueva versión del Nacional vs. Millonarios.

Pinto-Osorio, Osorio-Pinto, dos apellidos reconocidos, de mucho respeto, acá y afuera, en Bogotá y en Medellín. Nadie quiere enfrentar a un equipo de Osorio, pero tampoco a los de Pinto. Son técnicos muy metódicos, muy analíticos, que no dejan cabo suelto, que lo estudian todo.

Osorio está suspendido, le toca ver el partido a distancia, no podrá estar en la cancha, ahí, a unos metros de su rival de azul. Pero dirige en cuerpo ajeno, en el de su asistente Pompilio Páez. El Nacional de Osorio-Páez empieza a tomar cara, después de un bache prolongado y penoso. Osorio regresó a las filas verdes para poner orden. Y Pinto tiene a Millonarios en la pelea, con un juego que sorprende en ataque y decepciona en defensa. Pero con Pinto en el banquillo, los embajadores van más tranquilos al Atanasio Girardot, porque saben que los guía un experto en este tipo de batallas.

En las espaldas de estos entrenadores se soportan columnas de partidos, de victoria y de derrotas. Ellos sí que saben lo que es ganar y también lo que es perder. Osorio fue rey en Nacional en etapa reciente, cuando ganó 6 títulos, 3 de Liga, 2 de Copa, una Superliga. Pinto no ha podido ganar en Millonarios, pero ese anhelo que tiene desde su primera etapa en el club, allá en la década del 80, es su motivación. Estuvo cerca el semestre pasado, cuando cabalgó la Liga y tropezó al final.

Juan Carlos Osorio

Juan Carlos Osorio fue expulsado en el partido entre Atlético Nacional y Santa Fe.

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Guillermo Ossa/CEET



Se trata de dos técnicos apasionados y temperamentales, que no se guardan nada. Desde que Pinto volvió al fútbol colombiano ya ha sido amonestado por discutir las decisiones arbitrales. Osorio está suspendido por responder con alevosía a un árbitro. Tampoco disimula su furia. Cuando estuvo a punto de llegar a la Selección Colombia criticó a los directivos de la Federación con quienes creía tener un acuerdo de palabra para asumir en el cargo. Pinto y Osorio dicen las cosas sin anestesia.

Osorio, risaraldense, tiene 58 años. Pinto, santandereano, 66 años. Se conocen, al menos conocen a qué juega o qué profesa el uno y el otro. No se tienen miedo, más bien, respeto, aunque ambos hablan duro. El viernes le preguntaron a Pinto qué iba a ser si Osorio le pone línea de tres defensas, y Pinto contestó: “jugué 15 años con línea de tres, tengo que sacarle provecho”, así, sin temor. Pinto sabe como cualquiera que Osorio es de la filosofía de la rotación de nómina. Ese es su estilo y lo defiende a capa y espada. Pinto está obsesionado por encontrar equilibrio en su equipo, que ataca mucho y defiende poco.

Pinto no jugó. Desde el comienzo tenía clara su vocación, dirigir, dirigir muchos equipos, acá, afuera, selecciones, ir a un mundial, dirigir a Colombia. De todo ha hecho en su extensa carrera. Le falta algo que lo inquieta, que lo obsesiona: ser campeón con Millonarios.

Jorge Luis Pinto

Jorge Luis Pinto fue amonestado en el partido entre Millonarios y Once Caldas.

Foto:

Héctor Zamora/CEET


Osorio sí jugó, pero poquito, en el Pereira, como volante, pero también tenía clara su vocación: dirigir, dirigir mucho, clubes, selecciones, ir a un mundial. También tiene su obsesión: dirigir a la Selección Colombia, algo que no resigna.

Claro que Pinto comenzó mucho, mucho antes. En 1972 ya era el preparador físico de Gabriel Ochoa Uribe en Millonarios. En 1984 ya era el primer entrenador de Millonarios. Para ese entonces Osorio estaba lejos de iniciar el trasegar como entrenador. Pero como para hablar de casualidades, ambos empezaron como preparadores físicos, conocen esa materia, la dominan. Con base en esos fundamentos es que entrenan a sus equipos.

Pinto tiene en su hoja de vida el título local con el Cúcuta en el 2006 y haber dirigido a las selecciones de Colombia, Honduras, Costa Rica e infinidad de equipos. Osorio empezó su carrera como entrenador en Millonarios, pero además dirigió al Once Caldas, a Nacional, al New York Red Bulls al Chicago Fire, al Puebla mexicano, a la selección mexicana, y a la paraguaya, en un corto periodo.

Quienes han sido dirigidos por Osorio, no se guardan elogios. “Nos enseñó a pensar el juego más allá de tirar la pelota”, dijo recientemente Diego Arias, quien jugó en Nacional y ahora en Medellín.

Y en Millos ni hablar. Los jugadores saben que se trata de un técnico muy estricto, que no negocia con nada. “Nos ha contagiado de eso y nos ha hecho creer en su idea de juego”, dijo en su momento Mackalister Silva.

Osorio no estará en la gramilla, pero sus ideas se verán en la cancha, las de un Nacional que acaba de golear y pasear al Medellín y perder de local con Tolima, contra el Millonarios que con Pinto en el banco juega con más seguridad, así sea en el Atanasio Girardot.

PABLO ROMERO
Redactor de EL TIEMPO
@PabloRomeroET

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