La Liga colombiana de fútbol tomó la decisión correcta: suspender sus partidos por la emergencia sanitaria mundial que se vive por la pandemia del nuevo coronavirus. Puede que los directivos lo hayan hecho a regañadientes o cercados por las causas cotidianas, poderosas e invencibles, o guiados por el interés económico de intentar salvar el metálico de las taquillas.
Como haya sido, o por lo que haya sido, la decisión de suspender la Liga fue correcta y responsable, en medio de esta situación extraordinaria de salud pública que afecta al planeta.
Los equipos grandes, liderados por Millonarios, Nacional y América, impusieron la idea de la suspensión con un argumento: la salud de su “patrimonio más importante”, los jugadores.
Así las cosas, y para actuar en consecuencia, ¿qué están esperando para mandar a sus planteles a la casa y suspender también los entrenamientos? Este domingo, el Deportivo Independiente Medellín puso el ejemplo: suspendió “todas las actividades relacionadas al plantel profesional, fuerzas básicas y academias”, como lo comunicó.
Ya con la pelota quieta, ese es el siguiente paso es parar las prácticas.
¿Cuánto puede durar esta situación? ¿Dos, tres, cuatro meses...?
Evidentemente, esa respuesta hoy se desconoce. La esperanza de cálculo más optimista habla de unos tres meses, el tiempo que demoró China, el foco inicial de esta pandemia, en controlar la expansión del virus.
Con esa incertidumbre, y en medio de la difícil situación económica de los equipos, el polémico, discutido y criticado presidente del Cúcuta Deportivo, José Augusto Cadena, declaró que varios clubes plantearon la posibilidad de consultar al Ministerio de Trabajo la posibilidad de suspender el pago de salarios mientras dura la emergencia.
Una declaración impopular por lo imprudente y a destiempo.
Eso se puede pensar y discutir... ¡pero no se dice porque suena indolente! Pero la realidad es que eso se pensó, se discutió y se habló. Y, para completar, lo dijo el ‘popular’ Cadena.
Por ahora es incalculable el lógico impacto económico que tendrá en toda su dimensión esta crisis en todos los sectores de la economía de global y en todos ellos es seguro que están pensando cómo mitigarlos. Duro y cruel, pero cierto. En ese marco, el factor tiempo será determinante. A mayor, será peor y la situación puede prolongarse por varios meses.
¿Cuáles son los cálculos? Varios directivos locales esperan que se vuelva a jugar máximo en tres semanas (¡o menos, incluso!). Otros dicen que, seguramente, aquí las próximas determinaciones serán mas o menos las mismas que se tomen en las principales ligas del mundo. Un grupo, el mayoritario, cree que hay que evaluar el desarrollo de la situación día a día y esperar las decisiones que tomen las autoridades nacionales y actuar en consecuencia.
Pero supongamos que esta emergencia dura entre dos o tres meses. ¿Qué se viene en el fútbol local? Primero, como ya lo dije, parar los entrenamientos y mandar a todos los planteles para la casa.
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Después, posiblemente, para cumplir los compromisos comerciales de TV y patrocinios, se intentará terminar esta liga con un campeón bajo la fórmula reglamentaria que sea (jugar menos fechas o clasificar más equipos para jugar por llaves a un solo partido clasificar apenas cuatro... ¡la fórmula que sea!) y, como seguramente se postergaran para el próximo año la Eurocopa y la Copa América, comenzar de inmediato la Liga 2 de este 2020. El mundo está detenido por una peste que no habíamos vivido y que solo habíamos leído en los libros de historia. El interés superior es la salud pública y la pelota debe seguir quieta durante la emergencia. Esa es la decisión correcta.
Meluk le cuenta...
GABRIEL MELUK
Editor de Deportes
En Twitter: @MelukLeCuenta
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