¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Fútbol Colombiano

Millonarios pintó el clásico de azul, con gran victoria frente a Santa Fe

La fiesta fue azul en El Campín.

La fiesta fue azul en El Campín.

Foto:Mauricio Moreno / EL TIEMPO

El equipo embajador fue superior y se llevó la victoria en la fecha 14. 

PABLO ROMERO
Millonarios jugó el clásico como se juegan los clásicos. A ganarlo. A no especular. A no esperar a ver qué proponía el rival. No. Salió a imponer sus condiciones y su juego de toque trepidante, de paredes letales, y acorraló a Santa Fe en su campo, y así, a ese rival desconcertado, le hizo dos goles, los suficientes. Luego ya lo dejó salir de su jaula, pero lo mantuvo a distancia, mansito, y le ganó 2-0.  
Sonó el pitazo y Millonarios pareció un vendaval. Sopló hacia el arco rojo. Llenó de camisetas azules ese predio. Y Santa Fe, como si no fuera el clásico, retrocedió, se vio confundido, tal vez sorprendido, un león atrapado.
Mackalister Silva arrastró a los suyos hacia la victoria, primero lanzó un remate al travesaño que ya anunciaba que ese equipo quería victoria. Luego empezó a gestar fútbol sobre su derecha, tocando y tocando y avanzando mientras Santa Fe se agazapaba, sin saber si quiera qué pasaba del otro lado de la mitad de la cancha. Santa Fe sufrió el clásico desde el comienzo. 

Los goles de Millonarios llegaron rápido

El primer gol de Millonarios en el clásico.

El primer gol de Millonarios en el clásico.

Foto:Mauricio Moreno / EL TIEMPO

Entonces llegó el primer gol. Millonarios, ese vendaval, se llevó por delante lo que encontró. Cuatro toques anticiparon los abrazos. Román, Emerson, Silva y Román otra vez, una triangulación de fantasía, veloz, de primer toque. Fue Silva, el genio de azul, el que tiró el pase final para que Román entrara al área y quedara de frente al arquero Castellanos, muy solo porque Ortiz, su marcador, quedó desconcertado en ese remolino. Román pateó y fue el primero, y solo iban 17 minutos.
Las diferencias eran enormes. Millos jugaba a un solo toque, Santa Fe a 3 o 4. Millos construía paredes, Santa Fe tiraba ladrillos. Millonarios tenía un arquero sin ritmo (no jugaba desde 2020 y debutaba con los azules), el suplente del suplente, y Santa Fe no se enteró. Millonarios hacía fuego con la pelota, a Santa Fe le quemaba el balón.  
El vendaval seguía haciendo estragos. Pereira tiró un pase profundo y Fernando Uribe, el que normalmente se voltea y patea, inventó un taconazo perfecto. Si el goleador anda peleado con el gol, sobresale de otra manera. Le dejó el balón a Giraldo que sacó su remate con furia, para vencer a su exarquero, a su exdefensa, a su exequipo, a su exafición. 2-0 y apenas 27 minutos. Clásico azul. 
Pudo ser una desgracia cardenal, pero el león no muere hasta que muere. En la media hora de juego se acordó que esto era el clásico, que si no tenía armas, tenía que luchar sin ellas. Y fue así como casi encuentra el descuento en ese tiro lejano de Mejía que fue directo a un palo, o en ese tiro de Pedroza que fue directo a las manos del arquero Ruiz. Santa Fe prometía batalla en la segunda parte.   

Santa Fe quema sus cartuchos 

Claro, el cardenal era el necesitado. Tenía que descontar rápido para ilusionarse. Para ilusionar a los suyos, los de las tribunas.  Y fue de frente contra ese tornado azul. Pero  sin sorpresa, con un ataque predecible. Dinolis fue un caballero solitario. Velásquez no empezaba a jugar. Y no empezó. Osorio se vistió de anónimo. La Roca Sánchez intentó poner orden, organizar algo. Y nada pasaba.  
No hubo chispa. No hubo genialidad. Y mientras tanto, Millos tramaba, esperaba para hacer otro daño. Casi lo hace en 20 minutos en una doble acción. Primero en un pase largo de Román a Emerson, pero  Castellanos evitó el remate de gol. Luego, en ese tiro de esquina, Vargas metió un cabezazo que debió desviar el viento, pasó muy cerca. 
El banco cardenal empezó a desesperar. A la cancha fueron Ramos y Moreno. Santa Fe se armó de amor propio, y dos veces pudo herir, pero en ambas apareció el arquero Ruiz para demostrar que el clásico no le quedaba grande. Le atajó a Moreno y a Ramos.  
Millonarios no necesitó nuevos enviones. El vendaval no sopló más. No era necesario. La victoria estaba consumada desde el primer tiempo. El león no pudo rugir y el clásico de tribunas rojas se pintó de azul.   
PABLO ROMERO
Redactor de EL TIEMPO
@PabloRomeroET

Más noticias de deportes

PABLO ROMERO
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO