A Millonarios no le bastó con jugar su mejor partido del semestre. Contra un Nacional que flaqueó y tuvo grietas, le hizo dos goles, estuvo dos veces arriba en el marcador, pero no le ganó, y al final perdió 3-2. ¿Por qué se quedó con las manos vacías en Medellín? Acá, varios puntos que explican el resultado de un Millos que sigue fuera de los ocho.
Millonarios hizo en Medellín su mejor partido del semestre y sin embargo no pudo llevarse ni un punto.
El resultado final es una demostración de que a su estrategia, a su idea táctica, a su esfuerzo y sacrificio les faltó algo fundamental: jerarquía. Un equipo no puede ir dos veces arriba en el marcador, ante un rival como Nacional, y terminar con las manos vacías. Tal como se dio el partido, tal como flaqueó el local, era para que Millos hubiera ganado o, al menos, empatado. Le faltó autoridad, serenidad, inteligencia y experiencia.
Como tituló ayer EL TIEMPO en la crónica del partido, Millos perdonó como nunca y perdió como siempre contra Nacional en Medellín (no le gana allí hace seis años). Hacer dos goles contra Nacional ya era un mérito, pero se quedó con las manos vacías porque desperdició ocasiones de gol que contra ese rival no se pueden fallar.
En varias ocasiones Millos perdonó al rival, incluso cuando iba arriba 2-1. De haber anotado el tercero, el partido se hubiera puesto muy a su favor. Esto es el reflejo de una realidad, y es que Millos no tiene goleador. Los goles los venían haciendo los defensores y los volantes.
El primer error fue un penalti claro del defensor Matías de los Santos, después de que dejó a Dayro recibir el balón y girar. Reaccionó tarde y cometió la falta. Después, el equipo se equivocó en la salida y en una mala entrega dejó mano a mano a Dayro con el portero Vikonis.
El delantero falló de manera insólita. En el 2-2 de Nacional, falló Jair Palacios, quien dejó un hueco en su zona, donde apareció libre Rentería, quien tuvo la tranquilidad para rematar ante la pasividad de De los Santos. Y para colmo, Cadavid cometió una falta al borde del área, en el gol del triunfo verdolaga.
Es un tema de decisión del entrenador, pero quedó la sensación de que Millonarios pudo haber asegurado el marcador mucho antes, pues Nacional ya lo estaba atacando con mucha libertad en el medio campo. Se necesitaba un volante de marca fresco que diera una mano allí. Pero la entrada de Ayala se dio al minuto 30 de la parte final, cuando el partido ya se había puesto 2-2. Minutos antes se marchó Ayron del Valle y el que ingresó fue Aponzá (10 ST), otro atacante. En esa segunda parte Millos, con el marcador a su favor, debió fortalecerse defensivamente.
Las cuentas aprietan y se acaba el margen de errorMillonarios dejó escapar una buena oportunidad de enderezar el rumbo en la Liga. Por ahora sigue fuera de los ocho, con 16 puntos. Le quedan 8 partidos, cinco como local y tres como visitante. Teniendo en cuenta que el octavo tiene hoy 17 puntos y con sus partidos de local podrá llegar a 29, ese es el número tentativo de clasificación en este momento. De ser así, a Millos le faltarían 13 puntos para llegar al ‘número mágico’. Es decir, debería ganar los cinco partidos que le quedan en Bogotá y clasificaría, el problema es que de local no le va bien.
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