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Fútbol Colombiano

Cómo llegó Santa Fe a la peor campaña de los últimos diez años

Santa Fe

Santa Fe

Foto:Mauricio León/CEET

El equipo está a un juego de igualar su peor racha histórica sin victorias: lleva 12 sin ganar. 

Pablo Romero
La tormenta en Santa Fe no cesa. Por el contrario, arrecia. Partido a partido, semana a semana, día a día hay nuevas borrascas. El fin de semana tampoco ganó: 0-0 con Envigado, como visitante. Y lo peor es que falló un penalti, como si le sobraran los puntos y los penaltis. El técnico Gerardo Bedoya asegura que merecieron ganar, que lo hicieron bien, como si no fuera uno de los coleros. Y no solo eso, Santa Fe está a un partido de igualar su peor racha histórica, de 13 juegos sin ganar. ¡13! ¿Qué le pasó a Santa Fe? ¿En qué momento se derrumbó el equipo que estaba acostumbrado a figurar en los últimos 10 años?
Dirán los optimistas que Santa Fe aún no está eliminado, que quedan 28 puntos en juego y que tienen 8 en la tabla, y que por ahí, de pronto, de repente, el equipo reacciona y empieza a ganar y a anotar los penaltis que les conceden (el de Envigado no fue) y a no fallar las opciones que tanto les cuesta crear, y que se sacuden la sal, si es que esto es cuestión de sal, y dan la pelea hasta el final y por una confabulación matemática, clasifican. La ilusión es lo único que no les pueden arrebatar a los hinchas.
Pero en el mundo real, las cifras, el juego y la tabla indican que hoy el equipo está de 18, que no ha ganado ningún partido en esta Liga, que gracias a Rionegro y Huila no es el colero, que es el equipo con más empates del campeonato (8) y el único que no ha ganado ... Lo peor es que no se vislumbra una luz al final de este túnel.
Se agotan las explicaciones. “No hay nada más que hablar, todo se ha dicho. Lastimosamente no sabemos qué está pasando, porque el equipo juega bien, pero no podemos concretar”, reconoció el atacante Fabio Burbano. Sus palabras le salieron tan apagadas como el juego del equipo en la cancha. No hay más que hablar, pero hay que hablarlo.

Cadena de errores

Con muchos factores se puede explicar la crisis de Santa Fe. Una cadena de situaciones, explicables e inexplicables, lo tienen en este penoso momento. Algo que no vivían desde la temporada 2007, cuando duraron 13 fechas sin ganar y fueron coleros. En la última década la hinchada se acostumbró a ganar (tres estrellas y una Suramericana) y se volvieron exigentes; incluso, hace dos semanas radicaron una carta en el club para protestar, y dieron sus razones, que los directivos fallan, que la gestión del presidente Juan Andrés Carreño no es buena, que los jugadores no rinden, que los refuerzos no pesan, que se improvisó al técnico…
Pero la mala situación de Santa Fe viene desde el semestre pasado, cuando eligieron como DT a Guillermo Sanguinetti, coincidiendo con la llegada de Carreño a la presidencia, en reemplazo de César Pastrana. Sanguinetti clasificó a cuartos de la Liga, pero quedó eliminado, y sin copa internacional. Eso es algo que en cualquier equipo grande da para dar un timonazo oportuno. Pero no, en Santa Fe decidieron mantenerlo en el barco, en medio de la tempestad. Claro, sacarlo valía un dineral, pero al final el precio les resultó más caro. Como en este semestre el equipo otra vez se hundía, le tiraron el costal lleno de pesados escombros a Gerardo Bedoya, en el quinto partido, con el agua al cuello, y Gerardo asumió el reto como la oportunidad de su vida. Un valiente, un general. Pero eso de que con escoba nueva se barre bien no siempre es cierto. Bedoya era novato y terminó sacrificado.
Fichero
“A veces tiende uno a desfallecer, pero cuando uno ve esta clase de partidos se llena de moral, confianza y toca seguir trabajando, esto no es de procesos sino de resultados, es complicado. Seguiremos trabajando, no se pueden bajar los brazos, a mí me gustó el compromiso”, dijo el domingo Bedoya, cuando el equipo empató con Envigado y acumuló 12 fechas sin ganar. Tuvo la victoria en los pies de Carmelo Valencia, pero ahí sí, ¿qué culpa tienen Carreño y Bedoya de que Carmelo falle los penaltis que se le aparecen al equipo?

La nómina

Hay más, mucho más. Santa Fe movió su nómina, trajo refuerzos en todas las posiciones, quiso conformar un equipo joven y ensamblarlo con algunos experimentados. La fórmula no ha dado resultados. Hoy no hay jerarquía para sacar al equipo de las tinieblas. Para colmo, Santa Fe apostó por dos jugadores de talento como piezas sólidas, Omar Pérez y Johan Arango, el experimentado y el joven, el lesionado y el indisciplinado. Y pasó lo que tenía que pasar: Pérez se lesionó y Arango reincidió.
Lo de Arango es una piedra en el zapato. Se trata de un jugador al que le dieron una segunda oportunidad, en el que creyeron, pero que vive en el escándalo. Un choque en su carro y una acusación de indisciplina lo tienen alejado del plantel profesional. Aún se espera la decisión de la comisión disciplinaria del club para saber si lo sacan o lo dejan. Cualquier equipo necesitaría del talento de Arango, pero no de la inestabilidad que genera.
Hay más. Santa Fe prescindió de su mejor jugador, de su goleador, de Wilson Morelo. No es que lo quisiera sacar, es que no lo pudo retener. Morelo se fue y se llevó los goles, y en algún aeropuerto se le refundieron, no llegaron con él a Argentina, pero por acá tampoco están. Sin Morelo, Santa Fe no encontró quien pudiera suplir sus anotaciones. Ni Carmelo, ni Arley Rodríguez, ni Fabio Burbano ni Brayan Perea. A propósito, todo mundo sabe cómo llegó Perea, un joven, talentoso, con experiencia en Europa, pero que no jugaba hace casi dos años...

Bajo nivel

Sigue la borrasca. Santa Fe está inundado. Bedoya saca el agua del barco con vasos. No tiene ni baldes. La nómina resultó frágil. Sin recambio, sin alternativas. Lo mejor que trajo Santa Fe fue al portero Banguera, que se equivocó contra Once Caldas y perdió la titular. En el clásico, Carmelo y Perea fallaron opciones irreales. Baldomero y Roa, dos estandartes, no llegan a la mitad de su nivel. ¿Y Seijas? Este es otro, este no es el mismo que llegó a ser ídolo del club.
En este escenario, Santa Fe quema sus últimas armas de orgullo. En el calendario le quedan Jaguares, Bucaramanga, Equidad, Huila, Cali, Unión, Millonarios y Nacional. Queda poco en juego, y poca paciencia. “A Jaguares tenemos que pasarlo por encima, tenemos que trabajarlo y conseguir esos tres puntos”, también dijo Bedoya el domingo. Eso sería lo normal, ahora es lo obligatorio. De todas formas, los hinchas siempre creen.
Pablo Romero
Redactor de EL TIEMPO
@PabloRomeroET
Pablo Romero
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