Gustavo Adolfo Costas regresó a Santa Fe para darle este domingo la novena estrella en el fútbol colombiano. Tras imponerse al Deportes Tolima, el entrenador argentino demostró que su historia está ligada a la del cuadro bogotano, con el que consiguió su cuarto título en general.
A diferencia de la estrella conseguida en la Liga 2014-II, en la que Santa Fe se impuso al Medellín, el campeonato de este año tiene mucho más mérito, pues la nómina no era tan fuerte, no tenía a tantas figuras e incluso, no había asumido desde el primer partido, como hace dos años.
Costas, de 53 años, llegó este semestre en medio de una crisis de resultados de los albirrojos. Sustituyó a Alexis García, quien tenía a su cargo un equipo gris, que había decepcionado en la Copa Libertadores y tenía que afrontar una gran cantidad de torneos sin contar con la convicción necesaria.
Desde el primer momento, Costas cayó bien en un grupo nuevo, en el que solo conocía a los referentes y jugadores que alcanzó a dirigir en 2014. No le fue fácil armar un equipo, definir un estilo y un esquema para afrontar los torneos. En ese tiempo de adaptación, fue eliminado de la Copa Suramericana y se quedó sin la Recopa Suramericana.
Además, el DT y su cuerpo técnico tuvieron que adecuar en el camino a sus jugadores en la parte física. La curva de rendimiento fue de menos a más y llegó al remate del año en un rendimiento destacado.
En el camino a la novena estrella, Costas ganó la Copa Suruga Bank, contra el Kashima Antlers, de Japón, y le devolvió la confianza a su grupo; le volvió a inculcar esa mentalidad ganadora y logró la gloria deportiva en la Liga II-2016.
Costas trabajó y se esforzó para hacer competitivo un equipo que no había armado; le dio seguridad defensiva, le agregó una gran cuota de sacrificio y lo hizo un equipo solidario y efectivo. El argentino realizó un cambio extremo en el ‘león’ y ahora celebra con el equipo y sus hinchas.
Redacción Futbolred