La barra criminal que se uniforma con camisetas del Deportivo Independiente Medellín en apenas ocho días ha levantado el tapete y mostró que debajo de él están todas las porquerías de un mal que sigue siendo el cáncer del fútbol mundial.
Las imágenes del jugador de Millonarios Macalister Silva mostrando la navaja que le tiraron desde la tribuna del Atanasio Girardot es aterradora. El futbolista levantó el puñal que le cayó cerca, durante el partido de su equipo contra el DIM del sábado pasado.
Exhibió el cuchillo que pudo causar una tragedia y se lo entregó al juez. Inaudito y alucinante.
Apenas el fin de semana pasado, los mismos hampones, pero en gallada y uniformados con las mismas camisetas desteñidas y raídas del equipo Medellín, se enfrentaron a machete a la luz del día, en plena calle, entre el tráfico. Aterrador e inconcebible.
Con el tema de estas barras criminales, de estas ‘bacrim’ del fútbol, el mismo fútbol le escurre su responsabilidad y barre la mugre debajo del tapete.
Es inocultable que varios de los más importantes clubes mantienen una connivencia maligna con el hampa de las tribunas: les han dado la logística de los partidos, tiendas y negocios para su explotación, boletas para la reventa, plata, viajes nacionales e internacionales, suministro de implementos, definen conjuntamente continuidad de técnicos y jugadores; cuando no van a las sedes de entrenamiento a extorsionar e intimidar...
Bien me lo dijo hace un tiempo Milton Bello, excoordinador del ya terminado programa Goles en Paz: “Los clubes no deben patrocinar bajo ninguna modalidad a los líderes de barras”.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, publicó en sus redes sociales unas fotos identificando al presunto hombre que tiró la navaja en el estadio y citó a una rueda de prensa para este lunes. El sujeto, de quien no se reveló nombre ni edad, aparece en un video lanzando algo al campo.

Arma lanzada al campo de juego.
Jaiver Nieto / EL TIEMPO
La Dimayor había expedido en la mañana un comunicado pidiéndole capturar e individualizar al agresor y el DIM, de manera oficial, rechazó lo ocurrido, así como los insultos racistas contra jugadores de Millonarios. De esta sanción no se pueden escapar. ¡Todo ocurrió en el en el estadio! ¡La puñaleta cayó en el terreno de juego!
La casa del fútbol parece limpia porque en sus estadios hace rato no se ve el desorden ni la mugre de las barras. Todo parece limpio, pero cuando levantan la alfombra, cuando le cae por ejemplo una navaja, aparece toda la basura que el mismo fútbol y sus dirigentes han barrido debajo del tapete...
GABRIEL MELUK
Editor de Deportes
@MeluLeCuenta
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