Boyacá Chicó y Fortaleza llevan ya varias fechas esperando un milagro. Estos equipos son los candidatos uno A para irse a la B. Sin embargo, este fin de semana, a ambos les llegó un tanque de oxígeno. Este sábado, los boyacenses vencieron 3-1 a Cortuluá y el viernes, los bogotanos vencieron 2-1 al campeón, Medellín.
Sin embargo, el panorama no es fácil. Chicó está hoy a diez puntos de Jaguares y a 11 de Pasto, cuando le quedan 12 por jugar. Fortaleza tampoco tiene paz: los pastusos lo superan por 9 puntos y los de Montería, por 10. Y este domingo, esos dos equipos se enfrentan en el estadio Jaraguay. Si Pasto gana, se salva del todo. Y si lo hace Jaguares, también queda a tiro de as de mantenerse.
En el caso de Chicó, los tiempos en los que peleaba campeonatos quedaron atrás. Es difícil contarles a quienes ven el equipo en el último lugar de la tabla, lejos incluso del penúltimo, que los ajedrezados fueron campeones del fútbol colombiano en el 2008. Ya pocos recuerdan, además, que estuvo dos veces en la Copa Libertadores, en el 2008 y el 2009, y que incluso goleó a grandes del continente como Universidad de Chile, que cayó 3-0 en Tunja hace siete años...
Hoy, la realidad es otra: el presupuesto se acabó y las malas campañas se acumularon. Igual, si no existiera el descenso por promedio, también serían últimos. “No quiero hablar de cifras, pero el presupuesto del equipo es hoy el 25 por ciento de lo que teníamos previsto”, se sinceró Ricardo Hoyos, presidente del Boyacá Chicó. “Es un lastre que traemos desde hace dos años y medio, por los incumplimientos que tuvimos por parte de la Gobernación de Boyacá. No pudimos armar los equipos que queríamos porque no teníamos los recursos”, agregó.
Sin embargo, el club trató de lanzar el último salvavidas y este año llevó a varios próceres del equipo que fue campeón, como el argentino Miguel Caneo y Juan Alejandro Mahecha, además de un héroe de los tiempos del primer ascenso, Wason Rentería, y experimentados como Edwards Jiménez y Néider Morantes. Pero tuvo que desarmar el plantel. Tampoco hubo estabilidad en el banco: por allí Eduardo Pimentel, Ricardo ‘Chicho’ Pérez, Darío Sierra y el uruguayo Nelson Oliveira.
“Nos tocó acudir a terceros para armar una nómina competitiva, pero la pita no nos alcanzó. Tuvimos que prescindir de ellos de la mejor manera, porque no podíamos incumplir unos salarios a los que nos habíamos comprometido”, señaló Hoyos.
Boyacá Chicó tiene claro que no se va a ir de Tunja. De hecho, en esa ciudad está construyendo una sede deportiva. Pero también sabe que la B ha cambiado mucho desde el 2003, cuando logró el ascenso tras vencer en la final al desaparecido Pumas de Casanare. “La B es muy competitiva, tiene mucho más dinámica que la A; es difícil subir porque hay muchos equipos que buscan el cupo. Vamos a tratar de ascender lo más pronto posible, aunque estamos sujetos al presupuesto”, recordó Hoyos.
Fortaleza, por su parte, no hizo grandes inversiones para jugar en la A. Mantuvo al mismo técnico que lo ascendió, Nilton Bernal, y al 90 por ciento de la nómina. Fue último en el primer semestre. Luego contrató, para el segundo semestre, al DT Freddy Amazo y a algunos experimentados como Nelson Ramos, Mariano Vázquez y Tardelis Peña.
Amazo no duró mucho y un hombre de la casa, Carlos Barato, se echó la responsabilidad encima. “Nosotros todos somos espirituales, pero no podemos dejarles todo a Dios y a la fe”, dijo Barato luego del triunfo del viernes 2-1 frente al Medellín, el cual prolongó la agonía una semana más.
La verdad, el equipo dio más de qué hablar por su ingenioso manejo de las redes sociales que por lo que hacía en la cancha. “Debemos estar pendientes de Pasto y Jaguares, no hay de otra, le dijo el portero Ramos a Win Sports. Le quedan cuatro finales para evitar un destino que parece difícil de quebrar.
JOSÉ ORLANDO ASCENCIO
Subeditor de Deportes EL TIEMPO
En Twitter: @Josasc
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