La ilusión está ahí. Junior nunca ha ganado tres ligas seguidas y a Julio Comesaña lo ilusiona el tema. Se le nota. Ya le ganó a Medellín, le ganó a Pasto y ahora quiere coronarse frente a América. Estas fueron sus declaraciones antes de la final, que comenzará este domingo en Barranquilla.
El sueño del tricampeonato. "Tuvimos un semestre inestable, irregular. En las primeras diez fechas tuvimos muchas dificultades, había argumentos válidos para que esas cosas pasaran ,pero nunca dejamos de soñar con llegar a la final. Tuvimos que recomponer en algunas zonas, no hacíamos goles. Afortunadamente hacíamos trabajo defensivo serio, no era que nos defendiéramos. Nos volvimos un equipo de acero, uno a cero, dos a cero... Tenemos 89 puntos, creo, en la reclasificación. Hubo inestabilidades, construimos este Junior con algunas diferencias con los anteriores, y ahora se han incrustado otros que han comprendido el juego y están en buen rendimiento. Eso nos permitió soñar de verdad y después, esa primera fecha, un regalo que le hicimos al Tolima y luego nos devolvió (risas), fue un golpe muy duro. Pero nos levantamos y logramos el puntaje para clasificar. Ahora nos toca este partido con América, un partido grande, uno de los viejos clásicos del fútbol colombiano".
El recuerdo de 1993. "Han pasado bastantes años, son recuerdos inolvidables. Fue una generación muy linda. Este va a ser un juego de los históricos, son dos rivales que juegan bien al fútbol, son partidos que tanto allá como acá la gente los va a a disfrutar".
El estado físico de Cantillo y Sánchez. "Están muy bien, no tenemos ningún problema, esperamos no tener ninguna dificultad y contemos con todos los muchachos".
El juego de Junior. "Esperamos hacer un juego que esté representando el verdadero nivel del equipo en sus mejores momentos. No hay mañana, es ahora. Son partidos en los que no se debe especular con nada porque ya estamos ahí. Esperamos dar la mejor expresión futbolística, manejar la emoción, creo que es la primera vez en el año que vamos a tener el estadio lleno y eso siempre será favorable para el local".
Lo que significaría un tricampeonato. "Estoy tranquilo. En esta etapa de la vida de uno, cuando lleguen a esta edad mía, los que no han llegado, se darán cuenta de que uno hace unas evaluaciones y sacan unas conclusiones que no hace cuando está jovencito. Estoy recogiendo algo que sembré durante muchos años. Mi perseverancia, mi disciplina y mi voluntad me han permitido mantenerme, con cosas que pensé que me iban a llegar antes y no me llegaron. Se me escaparon como agua entre los dedos. Es maravilloso esta de nuevo en una final y ojalá podamos conseguir el título".
La ansiedad antes de la final. "Yo siento también, como dijo Sebastián, lo que he sentido siempre: el día que no sienta la ansiedad, tratar de imaginar las cosas que pueden pasar, explicarles a los jugadores con la mayor claridad posible lo que puede ser la estrategia del partido, las precauciones con el adversario, sus fortalezas, y poner las fortalezas nuestras, no pensar que vamos a arreglar las cosas controlando al rival y que pase algo. No: creemos en lo que hace el equipo. Estamos en manos de la ejecución de los futbolistas: unas veces las hacen bien, otras mejor de lo que esperaba y otras, a veces, el rival no deja. La estrategia es simple: esta entre lo que el entrenador decide y la ejecución de los futbolistas. Cuando los futbolistas ejecutan bien, el entrenador es el mejor de todos. Cuando no lo hacen, el entrenador es malo, pero siempre estamos en esa situación".
La ilusión del hincha. "Conozco muy bien el lugar, la gente es insaciable, quiere ganar y no solo eso: quiere golear. La gente es muy emotiva a los extremos, en el triunfo y en la derrota. Si conocemos a la gente, sabemos lo que la gente quiere, y si sabemos eso, es un estímulo para el equipo, una motivación. Hacer felices a los demás, a otras persona que esperan algo de nosotros, es bien importante y eso lo hace feliz a uno. Esperamos no defraudar en el juego y a partir de ese juego, pensar que podemos ganar el partido".
Cómo controlar el ataque del América. "No me va a dejar dormir usted (risas). No vamos a cambiar la manera de jugar .La manera de controlar al adversario es jugar nuestro fútbol, con una disciplina táctica, y también defendernos con la pelota, que es una de las características del equipo. Las preocupaciones son las normales de una final y ojalá podamos cumplir con la tarea".
Qué más le falta lograr con Junior. "El espíritu competitivo de quienes estamos en el fútbol de alta competencia es lo que le permite a uno a uno estar y cuando piensa uno en salirse de esto, dice 'entonces qué hago cuando llegue el domingo'. Es como un alimento para uno: se extraña, pasan unos días y hay que reinventarse, tratar de mantenerse actualizado y ver dónde están las oportunidades para mantenerse. Los estímulos y las motivaciones deben ser internos, pensar dónde estoy hoy y dónde me veo mañana, en seis meses, en un año. No me puedo proyectar a cuatro, cinco años, ya estoy grande. Tengo que tener motivaciones internas para mantenerme en actividad. No sé cuándo termine esto ni cómo termina. De ahí para allá, pensaré cómo me reciclo y vuelvo a pelear por algo importante. Y tenemos la Copa...".
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