Desde el previo del partido, el optimismo entre los hinchas de Santa Fe era evidente. Caras de alegría se veían en las tribunas del estadio El Campín, que poco a poco se llenaba.
Desde tempranas horas del día en las redes sociales el apoyo al equipo cardenal y la ilusión por conseguir la novena estrella estaban latentes.
“Llegó el día de la final, vamos rojo... Vamos, León”, escribió en su cuenta de Twitter el presentador Jorge Alfredo Vargas.
El recibimiento de los hinchas a los 11 leones que iban en busca de la novena estrella fue impresionante. Un gran espectáculo de juegos pirotécnicos, lluvia de papelitos y un tifo en las tribunas sur y oriental adornaron un marco que solo avisaba una nueva celebración del Expreso Rojo en la capital.
Pasaron solo 11 minutos para que se viviera la primera alegría de la noche. El gol de Héctor Urrego, el jugador que tantas veces fue discutido por la hinchada santafereña, puso el primer gol de la noche.
“Vamos, Santa Fe, queremos la copa, la hinchada está loca, león; quiero verte campeón”, bajaban los cantos a la cancha y dejaban en silencio a los cerca de 1.500 hinchas del Tolima ubicados en la tribuna de oriental general norte.
Las pocas opciones del visitante preocupaban a los hinchas; la ansiedad, comida de uñas, agarradas de cabeza se hacían presentes en la hinchada. Solo hasta los últimos minutos del primer tiempo, con un grito desaforado se sacaron la presión que se hace presente en las finales.
“¡Nos fuimos, pues! 45 minutos para la novena; vamos, mi Santa Fe. ¡Vamos!”, decía la periodista Diana Montoya al comienzo de la segunda mitad de la gran final del fútbol colombiano.
La popular bandera gigante con la consigna de ‘La fuerza de un pueblo’ se hizo presente en El Campín en los primeros minutos del complemento. Sin embargo, con el pasar de los minutos volvía la incertidumbre a los santafereños. Caras largas, solicitudes al equipo para que saliera del fondo de la cancha, y oraciones al cielo pidiendo que los minutos pasaran más rápido, y ojalá acompañado del segundo gol, era el nuevo marco de las tribunas locales.
A los 70 minutos, a más de un hincha de Santa Fe le quedó el corazón en la mano. En tres tiros de esquina consecutivos, el arquero cardenal, Leandro Castellanos, tuvo que responder con dos espectaculares atajadas.
Faltaban 13 minutos y fue el momento del ídolo Omar Sebastián Pérez. La hinchada enseguida respondió a su entrada coros en su nombre y después el famoso “poropopo, poropopo, el que no salta no es del león”.
Los cambios en Tolima en ataque diezmaron sus oportunidades y parecía que solo era cuestión de que los minutos se consumieran para celebrar finalmente la novena estrella.
Desde la tribuna sur, se empezaron a encender bengalas que empezaron a encender el cielo de Bogotá con un nuevo título. Las preocupaciones ya no pasaban por un gol del rival sino porque el árbitro, Wílmar Roldán, pitara el final del encuentro. Fue finalmente a los 93 minutos que el juez pidió el balón, lo que desató la locura.
Abrazos, lágrimas y gritos de felicidad adornaron las tribunas. Los niños con sus abuelos, padres con sonrisas de oreja a oreja se hacían presentes; la Navidad para la hinchada santafereña arrancó desde el instante en que sonó el pito.
Llegó el tiempo de las medallas y a levantar la Copa; el encargado fue el de siempre, el ‘10’, el capitán, el ídolo que volvió a levantar una estrella más con Santa Fe, Omar Pérez, estallaron los papelitos rojos y blancos acompañado de un juego de pirotecnia espectacular. La novena estrella ya adorna el árbol de Independiente Santa Fe.
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