El 2017 ha sido un año de realidades contrastadas para Santa Fe y Millonarios. En los primeros seis meses se vivió una auténtica pesadilla en los cardenales al ser eliminados de la Copa Libertadores en primera ronda, quedar afuera de los ocho primeros y perder al técnico más ganador de su historia, Gustavo Costas, debido a esos malos resultados.
En los embajadores todo brillaba en Bogotá. El Campín fue un fortín que le permitió llegar a las semifinales de la Liga. Sin embargo, la campaña de visitante fue pésima: dos victorias, cuatro empates y seis derrotas, en la Liga.
Ahora, cuando llegamos a la mitad de la Liga del segundo semestre, a la popular fecha de clásicos (que de clásicos tiene muy poco), Santa Fe llega con una campaña de 22 puntos, colíder del campeonato junto al Junior, 12 goles a favor y solo tres en contra y está vivo en las dos copas (Suramericana y Colombia). El único lunar fue la derrota en Bogotá contra Tigres.
Por su parte, Millonarios apenas después de la victoria contra Jaguares (la primera en El Campín en Liga), el pasado jueves y el empate de este domingo contra el América, logró afianzarse entre los ocho primeros del torneo. La particularidad es que está invicto de visitante: en cinco partidos logró tres empates y dos victorias.
Los datos de cada uno indican que al clásico del próximo 27 de agosto, Santa Fe llega como el tercer mejor local y el mejor visitante, mientras que Millonarios en casa tiene el segundo peor registro de la Liga, pero jugando por fuera es el segundo más efectivo.
En cuanto a números, las diferencias son evidentes y a la hora del juego se confirman aún más. La llegada del entrenador uruguayo Gregorio Pérez revitalizó algo que se perdió en el último paso de Gustavo Costas: la solidez defensiva. Hacerle un gol a Santa Fe se convirtió en una labor titánica que solo Once Caldas y Tigres han podido hacerlo en la Liga.
Y adelante, aunque perdió efectividad en los últimos partidos debido a la lesión de su goleador Wilson Morelo, la sociedad entre John Pajoy y Ánderson Plata ha dado sus frutos. Además, tiene una columna en la mitad de cancha con Yeison Gordillo (que estará ausente en el clásico por acumulación de amarillas), Juan Daniel Roa y Baldomero Perlaza, quienes aparte de cumplir sus labores de marca ayudan en el ataque y llegan a gol.
Por el lado azul su rendimiento futbolístico ha sido desolador. El proceso que había ilusionado con pelear un título se desmoronó, pero lo curioso es que la nómina prácticamente es la misma que venía trabajando el semestre pasado.
La zona de volantes no ha podido sostener su rendimiento. John Duque, Juan Guillermo Domínguez y Mackalister Silva han sido irregulares, un partido sí, otro no. Henry Rojas, la figura de Millonarios en todo el 2017, no puede acarrear todo el peso del ataque y la defensa.
Además, hasta los últimos días en que el libro de pases estuvo abierto, en la nómina de Millonarios no había un volante de marca. Llegó Sebastián Ayala quien ha tenido un rendimiento aceptable, pero es el único es su posición.
En materia de individualidades se puede afirmar que Wilson Morelo, en Santa Fe y Santiago Mosquera, en Millonarios, son los hombres más importantes en sus equipos. Sin embargo, mientras que en los rojos hay una estructura que le permite no depender solo de su goleador, en los azules muchas veces hay que esperar un chispazo del joven jugador para hacer diferencias en el ataque. Otro aspecto que hace ver superior a Santa Fe de cara al próximo clásico.
CAMILO MANRIQUE V.
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter: @camilomanriquev
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